Asteriscos* remiten a razones efemerísticas.
1.
Si tiene vd. un/una
hijo/hija imbécil, lo cual es muy probable, inféctele todos sus utensilios
electrónicos con bacterias de El Talón de Hierro… que no tenga más
remedio que leerlo, aunque sea como medio para acceder, de nuevo, a la cutrez.
Su cutrez empezará a resultarles (a ellos) vergonzosa y ya verán, como, poco a
poco, van comprendiendo ciertas cosas.
Lo que vale para
ellos, vale también para Vdes.
Desde el 419 de
la era de la Fraternidad Humana nos llega un manuscrito donde se describen las,
ya superadas, condiciones de vida del proletariado de comienzo del siglo
XX. Sin embargo, fue considerado en su
día (y entre sus "camaradas") como muestra de derrotismo
antirrevolucionario (no como un canto a la victoria conseguida) y la evolución
de las cosas lo ha convertido en aviso para navegantes. La Oligarquía (Talón (¿Tacón?) de hierro") dio la medida de lo
que era capaz de hacer llegado el momento. La Comuna de París quedó como un tráiler
para menores de edad.
"Cuando
entramos en Chicago, todo estaba tranquilo. Era evidente que allí no ocurría
todavía nada anormal. En los suburbios nos alcanzaron los diarios de la mañana.
Nada anunciaban, y, sin embargo, los que estaban habituados a leer entre líneas
podían encontrar en ellos muchas cosas que escapaban al lector corriente. La
mano astuta del Talón de Hierro aparecía en cada columna: se dejaba entrever
ciertos puntos débiles en la armadura de la oligarquía, pero, desde luego, no
se hablaba de nada definitivo: se buscaba que el lector encontrara su camino a
través de esas alusiones. Estaba hecho con mucha habilidad. Como las novelas
policíacas, esos diarios de la mañana del 27 de octubre (1917) eran una
obra maestra."
Asombra la precisión: Mientras, exactamente mientras, en Chicago,
sometidos al calendario gregoriano, está siendo aniquilado el Pueblo del
Abismo, los bolcheviques, ajustados al juliano, reparten los espacios del
Palacio de Invierno. Anverso y reverso.
2
Justo un año después, o sea tal
día como hoy del año 1918 (según el calendario juliano), Maiakovski da la
primera lectura pública de Misterio Bufo (Misterio por lo que la
acción tiene de grande y bufo, por lo que tiene de cómico) en Petrogrado.
Apartamento de su amante Lili Brik. Asisten Lunacharski,
Almann, Punin, Lourié, Zheverzheyev y, el más importante para el caso,
Meyerhold, quien se encargaría de montar la obra de cara a los fastos del
primer aniversario de la Gran Revolución. El estreno, con decorados del supremacista
(perdón, suprematista) Malevich, no fue gran cosa. Maiakovski, dado
el canguelo de algunos actores, tuvo que representar a Matusalén, a uno de los
demonios y, como no podía ser de otra manera (péguenme un tiro si repito esta
expresión), de “hombre del futuro”. Sus leotardos rojos y negros causaron
furor. Como antes lo había causado su camisa amarilla.
Puros e Impuros, huyendo del Diluvio, se dirigen al Polo Norte…
¡Hasta aquí puedo leer! Bueno va, les adelantaré el final: los Impuros,
esquivado mi querido monte Ararat y el Infierno, ponen rumbo hacia la Tierra
Prometida, más allá del cielo… ¡Y la alcanzan!
Fue, digo yo, la revancha del Pueblo del Abismo.
Meyerhold, verdadero acontecimiento, tiene 44 años y un
desprecio insolente por el naturalismo de Stanislavski. El poeta, acaba de
cumplir los 25. Ambos inscritos en las filas de la insurrección. Meyerhold
dirige desde septiembre la sección de Petrogrado del departamento de teatro del
Narkomprós (TEO). Maiakovski ya le ha dado una bofetada al gusto del público
y ha puesto su inspiración al servicio de la agitpro.
La obra inauguró el “Octubre teatral”. Todo el escenario (y la
sala) llena de andamios y pasarelas. Los actores mezclándose con el público en
una promiscuidad de momento divertida. Acabaron desgarrando simbólicamente el
telón del viejo teatro. Reflejaban, decían, la naturaleza incesante de la lucha
revolucionaria. No es que no fuera gran cosa… Fue un fracaso, digámoslo ya.
Breton acaba de
alquilarse una habitación en el ruinoso hotel des Grands Hommes y hace y
rehace listas con sus ídolos. En Barcelona, de huelga general en huelga
general, aún resuena el estruendo de los cristales del Edén Concert, del
Pompeya, del Pay-Pay, del Follies, del Café Martinica, del Alcázar…
desvanecidos ante los mujeriles mandobles que no quieren dejar morir de hambre
a sus familias. Barcelona está llena de espías, vividores, estraperlistas,
gente neutral… los alquileres suben, la comida se dispara y los salarios
permanecen intactos… Parece que el tiempo no
pase.
Meyerhold, esquivada la condena a muerte decretada por los blancos,
fue recuperado por Lunachraski y volvió a montar el Misterio Bufo
(1921). Esta vez las críticas fueron explícitas y públicas… ¡incluso la
Krupskaia! Así que fundó su propio teatro y un nuevo método: la Biomecánica,
una mezcla de Paulov y Taylor, cercano al extrañamiento brechtiano. Por
allí pasó Eisenstein. Por allí pasó Shostakóvich. Fue a raíz (1929) de La
Chinche y La casa de baños, ambas de Maiakovski, que su estrella,
nunca brillante, empezó a oscurecerse: Falta de claridad, falta de realismo y
valor político y, si me apuran, contrario a la causa nacional. Su enemigo
Stanislavski le echó un conmovedor capote. ¿El de Akaki Akákievich…?
Meyerhold echó el cierre (1935), antes de acabar definitivamente en los
sótanos de la Lubianka, con un Chéjov. Zinaida, su mujer, y exmujer de Yesenin,
fue martirizada hasta la muerte por los agentes del Comisariado Popular para
Asuntos de Interior. Gente salida de las alcantarillas.
A Maiakovski el futurismo le inoculó una ansiedad galopante.
Siempre, contrariamente al ángel, volviendo la cara hacia el futuro que, por lo
demás, estaba claro como el agua. Como los heliotropos, a cuya familia dedicó
la Revolución Francesa el día de hoy: 6 de Brumario.
3.
Fue milagroso. En el preciso momento en que Trakl enfundó su pluma
dando por concluido lo que, él lo sabía,
iba a ser su último poema… en Swansea, Gales, nacía un precioso bebé cuyos
berridos de bajo moscovita no cuadraban con su pinta arcangelical. Era un día tal como hoy del año 1914.
Dylan Thomas y George Trakl, paseantes por el lado más salvaje de la
vida*, no satisfechos con esta extraordinaria coincidencia decidieron
repetir el golpe de efecto cuando ya la cifra de los años tocaba a su fin: El 3
de noviembre de 1953, Dylan, anunció su proeza a los clientes de la barra del
Chelsea y cayó en una inconsciencia definitiva. A esa misma hora, en Cracovia,
39 años antes, Trakl sucumbía ante una imponente oleada de polvo blanco. White
Horse.
GRODECK
"En la
tarde resuenan los bosques otoñales
de armas
mortales, las áureas llanuras
y lagos azules,
sobre ellos el sol
rueda más
lóbrego; abraza la noche
murientes
guerreros; la queja salvaje
de sus bocas
destrozadas.
Pero silente se
reúne en los prados del valle
roja nube, allí
habita un Dios airado
la sangre
derramada, frescura lunar;
todos los
caminos desembocan en negra putrefacción.
Bajo el áureo
ramaje de la noche y las estrellas
oscila la sombra
de la hermana por la arboleda silenciosa
al saludar los
fantasmas de los héroes, las cabezas sangrantes;
y suenan suave
en el cañar las oscuras flautas del otoño.
¡Oh duelo tan
orgulloso! Oh altares de bronce,
a la ardiente
llama del espíritu nutre hoy un hermoso dolor,
los nietos no
nacidos."
Un dolor tan profundo como el de Clelia Conti, la hermosa hija del
carcelero de Torre Farnesio, sin cuya colaboración hubiera sido
imposible la Cartuja de Parma. Hoy,
27 de octubre del año 2018, hubiera cumplido 215 años. Un brindis con
granadina y crema antiarrugas.
4
Hablando de nietos e hijos nonatos o prematuramente muertos, estaría
bien, arropados por el lied de Mahler, meditar sobre el Gran Gatillazo
del 27 de octubre del 2017.