asteriscos* remiten a Razones efemerísticas.
1
París. Mal tiene que estar la
cosa, mucho peor de lo que dicen, para que la explanada de San
Esteban y los alrededrores del Panteón, pese al frío, estén a
parir de idiotas que se hacen selfis, y el Gaudemus y
la Damme Blanche, vacíos. O bien, son anticonsumistas
convencidos, o no tienen un duro; puede, también, que vayan servidos o,
incluso... ¡que sean abstemios! Las tres primeras suposiciones son
absurdas. La cuarta, tiene un alto grado de probabilidad.
"Era un chico
american, americano..."*
Tomo asiento en el Gaudeamus.
Pido un cuartillo de calvados y
me relajo, dispuesto a alegrarme, a regocijarme profundamente, con la
desgracia ajena. A veces, como Uds. saben, la desgracia ajena es una
bendición de dios (?). Aunque el desgraciado sea uno de sus
ministros, sobre todo si es
uno de sus ministros. Les
tengo poca compasión. La misma que ellos han tenido con nosotros.
Vamos, naturalmente, hay excepciones: ¿Qué me dicen del Padre
Damián*?
Sería uno de los justos por
los que dios (?) no destruiría la Bélgica de Leopoldo a sangre y
fuego. Decirles que fue uno de mis héroes de infancia. Uno de
aquellos que me arrastraba por la senda del sacrificio.
Fueron
incontables las tardes de los viernes que los curas nos ponían la
película en una superocho.
Era, podría decirse, como si
quisieran contagiarnos la lepra.
La máquina, en su maquinal discurrir, lanzaba al aire una salmodia
en la que reconocíamos
el nombre de la heroina de Zaragoza: Agustiiiiina
d'aragón Agustiiiiina
d'aragón Agustiiiiina
d'aragón Agustiiiiina
d'aragón Agustiiiiina
d'aragón. El programa
se completaba con otra formidable película: La mies es
mucha. Si Damián había
escogido Hawai (mientras Gauguin pintaba el Cristo Amarillo
y meditaba seriamente en retirarse al otro
extremo del Pacífico), el
padre Santiago tomó rumbo a la India. Aquí no quedó ni dios (?).
Nosotros estábamos llamados a ser el relevo, aunque
llegáramos enfermos
terminales.
Pues
eso. Aquí estamos, en París. Cuando vean Uds. que han cogido el
puntito con el calvados, levántense con cuidado y diríjanse a la
Iglesia de Saint
Étienne-du-Mont, de
incierta fachada. Nacida
dentro de la desaparecida Iglesia de santa Genoveva como capilla de
la Abadía del mismo nombre, ha sobrevivido a sus progenitores.
Ahí
estarán con los preparativos de la novena post-Santa Genoveva,
patrona de París, pero no se asusten; siempre habrá un guía
dispuesto (¡pagando,
oigan, pagando!) a enseñarles el cofrecito con la
repulsiva
víscera cordis de
Sibour, infecto
arzobispo de París (como
todos los de su especie) que,
tal día como hoy, del año 1857, vio como, por un quitame
allá estas pajas, un
cura, harto, precisamente, de pajas
y deseoso de acabar con el celibato, atravesó su corazón.
Perteneció Sibour a lo peor de esa casta oscura y, en general,
pedófila: al subconjunto
infame de los "arzobispos de París".
Nombrado senador por Napoleón III, se lo agradeció imponiéndole,
al año siguiente, el amargo sacramento del matrimonio. Había
declarado "santa" la guerra de Crimea.
Fundó una especie de "Legión Infantil"
que seguramente acabaría
como la "Legión de Cristo"
de Marcial Maciel*, aunque no saliera a la luz pública, que, por
cierto, era escasa y trémula. Madame Bovary
acababa de ser publicada en "fascículos" y Las
Flores del Mal esperaban la
llegada de la primavera.
Pensando
en la curia, quizás, un alemán espabilado, inventa, ese mismo
invierno. la salchicha "Weisswurst". ¡Menos da una piedra!
Reflexionen
Uds.: Si el tal Sibour no hubiera estado emperrado con lo del dogma
de la Inmaculada Concepción y con la necesidad y utilidad del
celibato eclesiástico, no hubiera aparecido Verger con su navaja y,
en consecuencia, no estarían Uds. contemplando esta acumulación de
despojos. Fue necesaria la puesta en marcha de esa relación
dialéctica entre el ejecutor
y la víctima. Sobre
el tema del traidor y
del héroe hay mucho
que decir (y que callar).
Verger,
que había sido desposeido de sus dones taumatúrgicos, esperó al
jerarca a la entrada del coro alto, la joya más preciada del
recinto, y cuando lo tuvo a su alcance, y al grito de "Voglio
una donna!" se le abalanzó
con el cuchillo por delante. Pascal y Racine se despertaron y
giraron, molestos,
sus restos sobre el costado izquierdo, tras
décadas de descansar sobre su costado derecho. Sara
Bernhardt, que en una ocasión, siendo una niña, había sido
felicitada por Sibour, dijo entonces "haber sentido
que también le herían a ella...que me habían quitado mi pequeña
gloria". Bah! Cosas de
artistas...
¡Bravo
por el valeroso soldadoVerger!*
Lo del sepulcro de Santa
Genoveva es un fraude. En realidad es una losa que encontraron tras
la destruccion del 1791. Santa Genoveva ardió en la tétrica Place
de la Grève. Sus cenizas volaron. Las de Descartes, pudieron ser
rescatadas, dicen, y se conservan, dicen, en Saint Germain des Près.
Toda
la cristiandad está llena de pútridas reliquias. Sin ir más lejos,
en mi pueblo se conserva un manojo de pelos, que, dicen, fueron
arrancados de los cuartos traseros de "Lucero",
bisnieto del burro de Pedro el ermitaño, lider de la cruzada de los
campesinos. Cada año hay que fumigarlos con Zotal.
Y en un pueblo vecino, dicen, conservan un trozo de la cruz en la que
se consumó el misterio de la redención. Es un verdadero nido de
carcoma. Todo un problema.
2
"Bajo el notorio
influjo de Chesterton (discurridor de elegantes misterios) y del
consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida),
he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún
modo me justifica, en las tardes inútiles. Faltan pormenores,
rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron
reveladas aún; hoy, 3 de enero de 1944, la vislumbro así."
Y nos lanza una pelotita más
densa que el mercurio. Una hiedra de indicios y presagios más
intricada que la de piedra que adorna la subida al coro mayor
de Saint Étienne. El "Tema del traidor y del héroe",
uno de los relatos más cortos de Borges es, asimismo, de los más
abarrotados de referencias. La historia como espacio en el que se
representa un ideado libreto que abarca lo pasado lo presente y lo
futuro. Incluso el investigador-relatante que descubre el asunto (y
se lo calla) estaba previsto.
Bueno, léanlo y después me
dicen. Borges en estado puro, ajeno al mundo: Los americanos se
disponen a desembarcar en Anzio. Turín está siendo bombardeada por
los aviones británicos. El ejército rojo se aproxima a la frontera
polaca. Petain, en Vichy, condecora al embajador saliente
argentino... y acaba de estallar en los astilleros de Brooklin el
destructor Turner, dejando el cielo a disposición del difunto
pintor.
Bueno ¿qué les ha parecido
el templo?... ¿Bien? Pues, ¡hala! ¡A tomarse una copita por ahí!
Yo sigo sentado a una mesa del
Gaudeamus; aún quedan motivos de regocijo.
- Garçon!
Se acerca una chica con
delantarcito blanco y cofia del mismo color, parece una monja
semiseglar.
- Bonjour, Mademoiselle...
- ¡Corte el rollo! Lo del
"mademoiselle" está más pasado que la novena a santa
Genoveva.
- Como guste. ¡Caballero!
¡Sírvame Ud. otro cuartillo!
Se retira resentida. Veo la
desorientación en sus hermosos ojos y veo, también, cómo pregunta
a su colega. Vuelve con el calvados.
- ¡Merci!
- ¡¡Cerramos dentro de
media hora!!
- "Questa piccolissima
serenata / Con un fil di voce se può cantar..."*, no
hace falta gritar.
Es
la hora del ángelus y ya están pensando en cerrar. Veo el periódico
libre encima de la barra y me lanzo como una ráfaga de
Sturmgewehr-44.
"C’est un de ces
secrets honteux que l’on garde pudiquement par-devers soi : il n’y
a pas assez de place, en France, pour les handicapés mentaux
nécessitant une prise en charge permanente en dehors du foyer
familial. La Belgique offre, depuis cinq décennies, une solution de
secours aux familles françaises en détresse, avec des institutions
spécialisées prêtes à accueillir ces personnes, soutenues par un
financement public français."
Bueno, ahora se explica todo.
Resulta que los franceses con problemas mentales (graves) son
enviados a Bélgica donde son mantenidos con dinero público francés.
En Francia no hay sitio para todos. Eso explica que muchos galos
disimulen sus dolencias y compliquen sobremanera las relaciones
sociales (empleándose como camareros, por ejemplo) y, por otra
parte, explica la sobreabundancia de desgracia en Bélgica.
Después de esta revelación
paso, directamente, al sudoku. Imposible. La curia me martiriza: Tal
día como hoy, del año 1521, Leon X, putero y Médici,
excomulgó a Lutero y a los suyos, quienes, entre otras desviaciones,
como no pagar, estaban en contra del celibato eclesiástico. León X
("puesto que dios (?) nos ha concedido el papado:
disfrutémoslo"), versado en la materia, prefería la
variedad y la ocultación (innecesaria).
Y centurias más tarde, el
bueno de Juan XXIII, excomulgó, tal día como hoy, a Fidel Castro,
que, conmpungido por la cegada entrada del paraíso, declaró la
necesidad de "crear uno, dos, tres Viernam". Fidel
nunca se repuso del anatema.
Estos Papas se creen la hostia
y son la purria de la purria (y disculpen mi estilo). Es el calvados,
pero es que si no es así no hay quien soporte este frío. Sin
embargo, me digo, esos desnortados siguen con sus selfis. Mi
público aún no ha nacido.
-¿Decía Ud. algo?
- No, nada. Estoy
conmemorando la llegada de Hillary al polo*.
-Pues, nada. ¡Cerramos!
Me paso a la Dame Blanche
donde me acojen con los brazos abiertos. El camarero, sin pedirlo, me
sirve mi cuartillo de calvados y un platito de caracoles.
Hoy, 3 de enero del año, que ya describen como apocalíptico, 2023, reposan los restos inmundos del papa emérito Benedicto XVI, Nazinger para los amigos. Murió el 31 de diciembre con la última uva. Miles hacen cola para sacarse un selfi con el cadáver de fondo.
Será recordado por su implicación en asuntos, rutinarios, de pedofilia, aunque él hubiera deseado que se le recordara por su sutileza teológica y escatológica.
"Dejad que los niños se acerquen a mí"... es más ¡lo exijo!
2
"Aprieto en el puño
la ya borrosa fecha de nacimiento y en tropel y en manada, susurro
con labios exagües: nací en la noche del 2 al 3 de enero, en el
inseguro año de 1901 y los siglos me rodean con sus llamas..."
(Mandelstam).
3
"El teniente Dub, al
que el espantoso aguardiente se le había subido a la cabeza, golpeó
la mesa con los dedos y dirigiéndose al capitán Sagner dijo
súbitamente:
-Con el capitán del
distrito decíamos siempre: patriotismo, fidelidadal deber, domino de
uno mismo, éstas son las mejores armas en la guerra. Precisamente
hoy recuerdo las fronteras que pasará nuestro ejército dentro de un
tiempo imprevisible."
Aquí acaba el manuscrito de
Hasec. El autor murió el 3 de enero de 1925, a la edad de cuarenta
años. ¡Bravo por el soldado Schwejk!
Ah, se me olvidaban los huevos del caballo de Pavía*