“La Rosa de fuego” tuvo su
postrera oportunidad. Lean Vds. los capítulos VIII y IX de “Homenatge a Catalunya” (Orwell) y
tendrán una idea de por dónde iban los
tiros…Nada nuevo. La Historia nos
brinda a manos llenas ejemplos parecidos: traición, seguidismo criminal,
torpeza estratégica, y, sobre todo, odio a la revolución. Nada nuevo.
Así que mientras Vds. se aplican en su lectura o se sumergen en la meditación de lo leído,
permítanme que “ramblee” en pos de
una borrachera ilustre y “efemerística”.
Me encasqueto la “budyonovka”
que compré en el mercado de la Perspectiva
Mira. Tarjeta dorada, lado mar y ¡a Barcelona! Los viajeros parecen
recordar aquellos días en los que el jubilado y su perro, ambos tocados de
forma soviética hacían sus correrías por estos alrededores. Hace una eternidad, sin embargo.
Ya en Barcelona (ahora soy muchos) saldremos a la superficie por el
centro de la plaza…para toparnos con el infame edificio del BBVA (¿) donde
aposentaron sus reales los del PSUC. Y desde cuya torreta barrían a discreción.
Media vuelta a la derecha…¡ar! Y tendremos delante la mole de la Telefónica, ocasión de los hechos. Embocaremos Las
Ramblas resplandecientes. Mayo florido. Los
periódicos de la época llamaban a la unidad de los trabajadores… ¡como en el Circo Busch! Pero nada decían de las
causas de esa ruptura. Ni de las diferentes orientaciones (de clase) que
estaban en pugna. Pero, en fin, como he dicho, lean vds. a Orwell (por conocido
y aceptado…Nin, Andrade, Soriano…) y saquen conclusiones. Y también aconsejaban
Servetinal para los desajustes
intestinales: Fue la edad de oro de las píldoras anticagalera.
Orwell pasó la noche del 3 de mayo y las siguientes cuatro noches en el terrado del (cine) Poliorama.
Desde esa atalaya privilegiada pudo meditar, aburrirse, bostezar de hambre y sueño… ir entendiendo la estructura del nudo que se cerraba sobre el cuello de la revolución. Frente al Poliorama, hoy teatro, estaba la sede del C(omité) E (jecutivo) del POUM, justo donde actualmente se levanta el hotel Rívoli. A su lado estaba (y está) el café Moka. Un poco más arriba del CE estaba ( y está) el Hotel Continental, donde se hospedaba la mujer de Orwell y él (cuando podía)…Había vuelto a Barcelona desde el frente para pasar unos días de descanso…De entrada ya le sorprendió la “relajación” de la vida ciudadana, tan diferente a la vigorosa tensión del año anterior.
Aproximadamente por donde está el Carrefour tenía la sede las Juventudes Socialistas Unificadas y, enfrente, no lejos del Sepu estaban las juventudes del POUM. La Torre de la Iglesia del Carmen estaba tomada por Guardias “gubernamentales” (¿) que disparaban a troche y moche.
En este cuadrilátero, más algunas “excursiones”
a la parte baja de las Ramblas, pasó Orwell los “días de mayo”.
Para tomar confianza, empezaremos con un hermoso “Dry” en el Boadas. Se nos habrá olvidado quitarnos la gorra y los
“conocidos” se doblarán de la risa. Golpearán la barra, como si fuera el “caballo de Turín”.
–¡Basta de bromas! Tengo por delante un día
conmemorativo y espeso.
–Pero, hombre Kino, antes de empezar
a conmemorar te cogerán los de la perrera.
–Grrr….Grrr….
De un golpe, del prodigioso golpe de muñeca. Ni gota: Au revoire les enfants. Nos vemos en el
paraíso. Me afilo el gorro y bajo las orejeras: Ni más ni menos extravagante
que los miles de ciudadanos (o no) que cruzan como aparatos a reacción, dejando
sulfurosas estelas, la mañana de este sutil día de mayo.
Cruzo la calle:
–¡Buenos días, aburrido recepcionista!
–¡Buenas, perspicaz turista y
ruso!...¿En qué puedo servirle?
–Verá Vd. busco a un amigo, un tal
Orwell, George Orwell. Estaba hospedado aquí.
–¡Espere!
Consulta libros, ordenadores, móviles, tabletas, pregunta a la de la
limpieza…
–Pónganos un vodka fresquito mientras
vd. se interna en los vericuetos de las interminables listas de clientes. De
hierba de búfalo…¡es el que más me gusta!
Lo sirve sin saber bien lo que hace. Es evidente que su atención está en
otro sitio. Me lo pimplo de un magistral giro de muñeca.
–Mr. Orwell salió.
–¿Cuándo? ¿Ha dicho si volvería?
–Bueno…salió a mediados de mayo del
37… ¡y todavía no ha vuelto!
–Podemos esperar…Póngame otro y tome
vd. lo que quiera.
En esto que entra, dando tumbos, un grupo de verdaderos rusos.
–Kakaya Krasívaya budyonovka!
–Gde?
Admiran la belleza de la gorra y quieren saber dónde puede comprar otra
igual.
–Moscka. “Perspectiv Mira”
–¡¡
–¿?
Insisten tanto que acabo cambiándola por dos botellas de vodka, de
centeno y trigo…¡ picantita! Y por la agradable sorpresa nos pimplamos una magnum empezada. A estas alturas ya no
sé si soy uno o muchos. Si mayestático o simple singular. Aprovecho el tumulto y me voy sin pagar…¡Y
con la gorra!
Irrumpiremos en el Rívoli, allí
donde nunca acudió nuestro desaparecido amigo una noche carnaval; vestía de
chino mandarían y acudió al teatro Tívoli,
ante la admiración y rechifla general. Me llamó compungido y nunca más volví a
verlo… ¡ni nadie! Espero que el acto final no lo hiciera impulsado por la indignación
y la vergüenza…que tuviera otros motivos. Pues eso, irrumpiremos en el Rívoli,
aprovechando la inflación de rusos, quizá nos confundan con un potentado de
Kazajastán.
–Oiga vd…sí, sí…¡Vd.!...¡No vuelva la
cabeza!... ¡Vd.!...¿Es cliente?
–¿Cliente?...¡No soy otra cosa,
hospedero!...¡Desde que nací!
–¿Número de habitación?
–¡Sírvase una copita de vodka y
póngame a mí otra! ¡Tengamos la fiesta en paz! ¡Vamos a brindar por el
horizonte desaparecido, por el desierto que se extiende ante nuestros pies,
porque conserve su trabajo, para que no se pongan enfermos sus hijos, para que
Alzheimer esquive a su querida madre…! ¡Hay tantos motivos! Frente a ellos ¿qué
importancia tiene el número de la habitación?
–Visto así…¿le va bien el de “hierba
de búfalo” o prefiere de esa de la cual parece Vd. representante?
–¡La del Búfalo me va que ni pintada!
Estas tienen un valor sentimental.
Pues sí. Aquí tenía el POUM la sede del Comité Ejecutivo. Y la radio
(B.Péret; E.Granell) Bajaban a tomar una cervecita al Moka y desde la terraza
veían los carteles del cine-teatro Poliorama. El último gran éxito había sido
la zarzuela “María de la O”…aun
quedaban “decollages” del
acontecimiento. Había sido incautado por la CNT-FAI…y el Moka por los Guardias, que acabaron con todas las existencias, para
desesperación de Orwell y demás…que tuvieron que pasar las noches sin catar ni
gota.
Puesto que el plan YA estaba urdido, al mismo tiempo que intentaron el
desalojo de la Telefónica, instalaron un pelotón en el café Moka, desde el cual
se podría fácilmente ocupar el local del POUM. Las trifulcas con ocasión de la
elección de ese pelotón fueron tremendas: Todos querían servir a la patria en
ese peligroso frente. Finalmente se buscó un equilibrio entre el aguante, el
estilo y la naturalidad en la
realización de ciertos e imperativos gestos: acodarse, giro de muñeca, hurgarse
los dientes, escupir el desperdicio de las almortas, golpear con los nudillos
en el mármol de Novelda…
El grupo resultó temible, pero inofensivo (de momento).
Orwell, y otros, subieron a las cúpulas del Poliorama. Los Guardias se repartieron: unos subieron a la azotea del
Moka y otros permanecieron acodados a
la barra. Se llegó a un acuerdo: no disparéis y no dispararemos (y viceversa).
¡Pasarnos unas cervecitas!… ¡no quedan…nos las hemos pimplado todas!... ¡Maldita sea!
Por no haber, no había ni luna…una rodajita de nada que, pronto se
disolvería euridicianamente. Sonaban
tiros y alguna ráfaga. De vez en cuando el desproporcionado estruendo de las
anticuadas bombas de mano.
A partir del día 4 empezaron las barricadas. El POUM fortificó sus
locales y tomó el control de las partes correspondientes.
Nos sentaremos a una mesa en la terraza del Moka y, mientras esperamos el
tanque de cerveza, el camarero del Rívoli nos pasará la cuenta y los rusos nos
despojarán, airados, de nuestra gorra orejera. ¡No somos nadie! ¡La vida es un
tobogán!
–Camarero ¿sería tan amable de
traerme un huevo cocido?...Un platito: corte el huevo, sal, pimienta, aceite y
un pellizco de orégano. Gracias.
El sabor picante del orégano, el dulce amargor del aceite, el amarillo van gogh del huevo…el sol de mayo… ¡Las
Ramblas! Uno no llora de emoción por no desatar el paquete de los truenos.
Un carajillo y ¡a rodar! Pasamos Puertaferrisa (sede del FOUS) y
enfilamos cuesta abajo. Donde las ramblas se ensanchan para dar cabida a
Pitarra era la otra zona fuerte del POUM. Allí estaba el Hotel Falcón (hoy
digerido por la Pompeu Fabra) y justo
enfrente esta el Teatro Principal que, entonces fue la sede del Comité Local del
POUM y su “Cuartel General”. El Hotel
era una especie de residencia para los que volvían del frente o estaban de
paso. El Teatro, lo era también de “operaciones”.
Allí estaba el arsenal (¡de risa!) y
las enormes salas donde la gente intentaba dormir o buscar refugio y
protección. Dos barricadas protegían los edificios. Pitarra, en medio, parecía
recitar aquello de “ser o no ser”.
En los setenta y ochenta, parte del teatro fue la añorada “Cúpula Venus” y allí pudimos aplaudir a Christa Leem, Joan Gimeno, Ángel Pavlovsky, Loles León, Pepe Rubianes, Pep Bou, Oriol Tramvia, Mario Gas, Pep Molina…Venían del
Diana. Si estuviera escribiendo mis memorias, me extendería sobre ciertas
relaciones… y si estuviera abierto “el
cazalla” de Arco del Teatro pues nos
tomaríamos unas copitas, con pasas bien empapadas.
¿Cómo no entrar en el Amaya y comer un cogote de merluza? ¿Puedo acompañarlo con este prodigioso e inesperado vodka? ¡Gracias, amable mesonero!
El final era previsible desde el principio. La propia naturaleza de la
CNT-FAI y los embates repugnantes de los estalinistas, dejaron en medio al POUM
que fue convertido en cabeza de turco. La dirección de la CNT llamó a la
desmovilización…en el momento más inoportuno. El resto fue muy sencillo. “Detenciones del Falcón”, cárcel,
asesinatos, mentiras y apropiación de la historia (tras reescribirla).
Y el “cogote de merluza” se me
atraganta. El vodka ayuda y lo disuelve todo.
Metro en Liceo, tarjeta dorada, lado mar y kleenex. Por suerte me queda una botella.
"Mi querido amigo: bienvenido a
los Cárpatos. Lo estoy esperando ansiosamente.
Duerma bien, esta noche. Mañana a las
tres saldrá la diligencia para Bucovina; ya tiene un lugar reservado. En el desfiladero de Borgo mi carruaje lo
estará esperando y lo traerá a mi casa. Espero que su viaje desde Londres haya
transcurrido sin tropiezos, y que disfrute de su estancia en mi bello país.
Su amigo,
DRÁCULA"
(…)
—¿Tiene que ir? ¡Oh! Joven señor,
¿tiene que ir?
Estaba en tal estado de excitación que pareció haber perdido la noción
del poco alemán que sabía, y lo mezcló todo con otro idioma del cual yo no
entendí ni una palabra.
Apenas comprendí algo haciéndole numerosas preguntas. Cuando le dije que
me tenía que ir inmediatamente, y que estaba comprometido en negocios
importantes, preguntó otra vez:
—¿Sabe usted qué día es hoy?
Le respondí que era el cuatro de mayo. Ella movió la
cabeza y habló otra vez:
—¡Oh, sí! Eso ya lo sé. Eso ya losé,
pero, ¿sabe usted qué día es hoy?
Al responderle yo que no le entendía, ella continuó:
—Es la víspera del día de San Jorge.
¿No sabe usted que hoy por la noche, cuando el reloj marque la medianoche,
todas las cosas demoníacas del mundo tendrán pleno poder? ¿Sabe usted adónde va
y a lo que va?
Lo que me faltaba! ¡Drácula!
Bueno…por lo menos me he librado del Humperdink. Dios aprieta (¿ven
Vds.?) pero no ahoga.