Hay mucho de certero en la concepción de
la “historia” de los antiguos
griegos: reflejo de los intereses o caprichos divinos. A falta del concepto de “causa” y no digamos de “causa
histórica”, todo era explicado recurriendo
a la “contradicción principal”: los
dioses, que manifestaban su voluntad mediante “augurios”. Así, todo quedaba explicado y sometido a un orden.
Heródoto, pero sobre todo Tucídides, levantaron acta de la pérdida de esta
prerrogativa.
¿Alguien está en condiciones de negar que
la “historia” esté en manos de
fuerzas que no controlamos? ¿Alguien puede negar que los mecanismos de “acumulación del capital” determinen el
acontecer? La verdadera historia
comenzará cuando esa acumulación sea sometida y puesta al servicio de quienes
generan el valor.
La guerra de Troya debía ser ganada por
los aqueos…¡puesto que la ganaron! Y puesto que la ganaron, sobre esta
victoria, se montó el armazón “teórico”
que justificaba la victoria: Hegel a “avant
la lettre”. Eso es la historia: explicaciones a toro pasado o una
acumulación “herodoticiana” de hechos
y anécdotas.
Popper, creyéndose atacar al materialismo
histórico, arruinó las pretensiones de la historiografía burguesa. El
materialismo histórico no predice, “desea”.
Pero su deseo germina en las tendencias que descubre.
Saliendo de Corinto, tomen vds. la carretera que conduce a Epidavro, escenario de antiguas
tragedias. Pasarán por una playa con un par de columnas tumbadas al sol. Sigan
unos kilómetros y estarán en “Los baños
de la bella Helena” (“Loutrá ellinis”). Justo antes de entrar
en la población, giren a mano izquierda, hacia la playa. Aparquen y siéntense a
una de las mesas que lamen el agua. Pidan una jarra de vino blanco fresquito, un
plato de salmonetes y disfruten.
Ya saben el desarrollo y desenlace de esa
larga guerra: “La Ilíada” y “La Odisea”
Tal día como hoy del año 1184 antes de
nuestra era, los aqueos “regalaron” a
los troyanos un gigantesco caballo de madera y simularon la retirada en sus
cóncavas naves. ¡Qué precisión! ¿verdad? No seré yo quien discuta la fecha de esta
hermosa efeméride.
Es lo que se llama un “regalo envenenado” o un “regalo griego”. Antes del singular
combate entre Áyax y Héctor, el primero regaló al segundo un cinturón dorado
(con el que sería atado y arrastrado después de muerto); y el segundo al
primero, una espada que acabaría clavada en el corazón del receptor…como la de
Aquiles en el corazón de Pentesilea.
La idea de esa “hueca emboscada” fue, como es natural, de Odiseo, rico en ardides.
Otros la atribuyen a Atenea. Y, aún a Calcante, inspirando en la “ingeniosidad” de un halcón.
La anécdota está recogida (brevemente) en
“La Odisea”…aunque, lógicamente,
debería haber sido en “La Ilíada”. Yo
leo en la edición de austral, de penoso maquetado, con traducción de Lluís
Segalà. Lean vds. las páginas 41 (canto IV); la 86 (canto VIII) y la 122 (canto
XI) y sabrán todo lo que hay que saber sobre el tema:
- 1. En boca de Menelao, tras confirmar el relato de Helena.
- 2. Relato de Demódoco, a petición de Odiseo.
- 3. Odiseo, que en su catábasis para reclamar consejo de Tiresias, se encuentra con el alma de Aquiles deseosa de conocer lo que ha sido de su hijo Neoptólemo. Odiseo le cuenta de su valentía…etc…etc
“Así
le dije, y el alma del Eácida, el de los pies ligeros, se fue a buen paso por
la pradera de asfódelos, gozosa de que le hubiere participado que su hijo era
insigne”
El caballo fue definitivo. Subieron a las
naves e hicieron como que se alejaban, dejando a las puertas de la bien
fortificada Troya, una “falla” de
tamaño descomunal, dentro de la cual iba lo más “granao” de los aqueos:
«Con
la agradecida esperanza de un retorno seguro a sus casas después de una
ausencia de nueve años, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea».
Los teucros, temerosos de los dioses, la
introdujeron a la ciudad…sin saber que introducían la destrucción… ¡Y no será
porque no estaban advertidos!:
Casandra, que recibió un “regalo griego” de Apolo: el don de la
profecía (y la maldición de no ser creída), había profetizado la destrucción de
Troya.
Y Laocoonte, que gritaba fuera de sí: “Desconfío
de los dánaos (griegos) incluso cuando traen regalos”. No contento con esta
alerta, se lió a pedradas y lanzazos contra el equino. Del mar salieron dos
enormes “boas constrictor” y
devoraron a sus hijos y a él mismo que acudió en su ayuda.
A esas alturas estaba claro que Apolo, “el que mata de lejos”, no había sido una
gran ayuda. Ni el belicoso Ares. Ni la espumosa Afrodita.
Los teucros constituidos en asamblea
debatían: Destrozarle el cóncavo vientre, despeñarla desde la bien fortificada
acrópolis o conservarla como testimonio de los males pasados y de la ayuda
divina. Prevaleció lo peor. Los escondidos, ni respiraban. Por suerte Odiseo,
de gran ingenio, había prohibido comer legumbres, de la gran familia de las
leguminosas. Ante las protestas de algunos de sus compañeros, adujo dichos de
Salomón y de Pitágoras, aún no nacido.
Y así fue cómo, tras retirarse los
troyanos, salieron los aqueos del vientre de madera, arruinaron Troya y se
consiguió el botín deseado….y de paso, el control de los estrechos.
Y hasta el lenguaje quedó petrificado: “Caballo de Troya”; “ser una Casandra”; “talón
de Aquiles”; “odisea”; “volver a
Itaca”…”más feo que Tersites”; “juicio
de Paris”; “manzana de la discordia”; “combate singular”; “insaciables
pretendientes”…”más paciencia que Penélope”…
Es de justicia mencionar a Epeo,
constructor de la máquina y experto pugilista. En los juegos fúnebres en honor
de Patroclo, se llevó la burra que Aquiles había regalado como bolsa. Epeo y su
burra, en el desigual retorno, recalaron en el sur de Italia. Allí fundó
Metaponto y Pisa, donde demostró sus habilidades construyendo una torre al
límite de lo sostenible.
A estas alturas tendremos el vino en los talones. Los salmonetes, sin embargo,
por su divino color, estarán intocados en el plato.
Siguiendo, desde Troya, hacia oriente,
llegaríamos a Armenia, ese pueblo emparentado con Noé. Aprovechando la
coincidencia pediremos otra jarrita de vino y, dejándonos de esteticismos, nos
zamparemos los salmonetes.
Enchufo el “I-pod”:
·
Aznavour: “Ils
sont tombés”
·
System of a down: sus letras recuerdan y
denuncian, entre otras cosas, lo que viene a continuación.
·
La canción “Adana”
es todo un himno.
Tal día como hoy, del año 1915, dio
comienzo el “genocidio armenio” con
la detención de unos centenares de entre la “intelligentsia” armenia…en unas semanas fueron miles…y en pocos
años, centenares de miles. Arshile Gorky, hijo de viudos, aprovechó, tras una
breve estancia en la Armenia soviética, para huir a Estados Unidos (1920). Su
padre le había precedido huyendo de la leva. Su madre murió de hambre en
Ereván.
Fue una fuente de inspiración para el
Holocausto definitivo.
Lean vds. (entre otras lecturas posibles)
“El libro de los susurros” y verán
desplegarse la desgraciada historia desde la sombra de una albaricoquero.
Vostanik
Manoog Adoyan, después Arshile Gorky, tras recorrer todos los estilos
pictóricos de la época, recaló en una especie de expresionismo surrealista “biomórfico”, deudor de Matta, sirviendo
de puente entre los europeos y los de la mal llamada “Escuela de Nueva York”. De
Kooning, nacido tal día como hoy, del año 1904, (y llegado a USA en el 26) se dejó
influir por las formas biomórficas de Arshile, su mejor amigo. Después se
centraría (¿) en las “Mujeres” con
una manía y exclusividad
psicoanalizable: tal día como hoy, del año 1923, salía a la venta “El yo y el Ello” donde se presentaba la
“Segunda Tópica” freudiana y se
afilaba el instrumental para la disección del espíritu (¿). Pintaba como los
aqueos… ¡a espadazo limpio!
La
muerte de Arshile no desmereció. La de de Kooning, fue un desvanecimiento
euridiciano por obra y gracia del Alzheimer. Y la de Komanov (tal día como hoy,
del año 1967) fulminante: se juntaron en el espacio él y su muerte y bajaron
juntos a la velocidad de la luz.
“Recuerde el alma dormida,
avive
el seso e despierte
contemplando
cómo
se passa la vida,
cómo
se viene la muerte
tan
callando;
cuán
presto se va el plazer,
cómo,
después de acordado,
da
dolor;
cómo,
a nuestro parescer,
cualquiere
tiempo pasado
fue
mejor.
(…)
Tal día como hoy (1479) se le acabó la
vida al inmortal Jorge Manrique.
“En el principio existía el Verbo, el Verbo
estaba en Dios, y el Verbo era Dios…
Esto, en verdad, no lo puede entender el hombre animal. Callaremos, pues,
hermanos. Mas entonces, si callamos, ¿para qué se ha leído? ¿Para qué la oímos,
si no se explica? ¿Y para qué se expone, si ni se puede entender? (…) Me atrevo
a decir, hermanos míos, que ni el mismo Juan dijo como es, sino como él pudo.
(…) Porque estuvo inspirado dijo algo; sin la inspiración no hubiera dicho
nada. Porque el inspirado fue un hombre, no dijo todo lo que hay, sino lo que
puede decir el hombre.”
Más sinceridad es imposible: San Juan
dijo algo…Pero ¿qué?
Así comienza el comentario de San Agustín
del evangelio según San Juan. Esta obra fue llevada a Inglaterra por Melito de
Canterbury (santo), del cual celebramos hoy el 1414 aniversario de su muerte.
En su haber, sobre todo, la inmortal cafetera Melita, gracias a la cual, antes
de las capsulas, pudieron las jerarquías angélicas soportar las interminables vigilias y el mismo dios su
inefable tedio.
No dejaremos este hermoso sitio sin
comernos una patita de pulpo y soplarnos un par de aguardientes. Volveremos
hacia Corinto. Seguiremos en dirección a Patras y cuando veamos el cartel
indicador subiremos hacia Trikala…¡allí tienen vds. su casa!...y gozarán de un
plenilunio inolvidable.
Para dar tiempo a que el sueño se
enseñoree: “Ararat”; o bien: “El
destino de Nunik” de los Taviani.