“El 15 de noviembre, que es el
principio del verano en aquellas regiones, los marineros columbraron entre la
espesa niebla que reinaba una roca a obra de medio cable de distancia del barco;
pero el viento era tan fuerte que no pudimos evitar que nos arrastrase y
estrellase contra ella.”
Alcanzó
tierra firme a las 8 de la noche. La luna estaba media. El cansancio y la media
pinta de aguardiente que se pimpló lo dejaron KO hasta la mañana siguiente…Se
despertó ¡ya saben vds.! atado con infinitas y minúsculas ligaduras y con todo
una enjambre de hombrecillos (“liliputienses”)
trabajando sobre su cuerpo de “Hombre-Montaña”.
Quien
esto recuerda es Gulliver: Acaba de llegar de forma abrupta a “Lilliput”.
“Los viajes de Gulliver” (1720-1726), amarga,
crítica, indecente, ingeniosa, imaginativa, sencilla, es una obra, en línea con
otras de la época, destinada a poner en jaque las “costumbres” europeas. Falsamente destinada a la infancia, es, por
el contrario, obra que exige una madurez importante para su lectura provechosa.
Sólo el primer libro puede decirse “infantil”.
El cuarto, a veces incluso, se elimina (¡¡).
Tendría
que comerme la ración de 1724 liliputienses para desayunar…sin contar los
toneles de Terry…montes enteros de orégano…olivares sin fin.
Sus
reyertas estaban a la altura (¡¡): los partidarios de los tacones altos vs. los
partidarios de los tacones bajos. Los partidarios de partir los huevos por la
parte estrecha vs. los partidarios de hacerlo por la parte ancha. Guerras que
acarreaban muertes sin cuento…como entre los europeos durante la guerra de los
30 años.
En
el esputofaif sonará: “Alcestes” de
Gluck*, en cuyo prólogo se ponen las bases para la reforma de la ópera y
declara la guerra a los “piccinistas”, anclados en los
recitativos secchi y arias da capo.
Aquí no llegó la sangre al río, pero más de un bastonazo se repartió. De haber
existido medios de reproducción técnica, puede que el capitán del “Antelope” estuviera oyendo a Gluck en el
momento del desastre.
Los
“liliputienses”, aparte de escribir
oblicuamente, dispensaban generosamente la pena de muerte: fraude, falsa
acusación, ingratitud…Como la “maravillosa”
reina de corazones.
Utilizaban
más el premio que el castigo, adelantándose a los clásicos del conductismo,
Estimaban la moralidad por encima de las aptitudes y, sobre todo, evitaban que
los padres fueran los únicos y principales educadores de los hijos…seguidores en
esto de Platón y de todos aquellos en los que aún brilla una chispa de sentido
común.
Enterraban
a sus muertos cabeza abajo…como si Kepler* no hubiera existido.
El
“hombre-montaña” es recogido, después
de nueve meses y medio, por un mercante inglés procedente de Japón… a 30º “latitud” Sur…¡No dice nada de la “longitud”!
“Con instrumentos que ya hicieron
ilustres a nuestros antiguos astrónomos, de un astro se fija su altura en el horizonte,
se deduce su distancia del Zénit y, conociendo la declinación, dado que la
distancia cenital más o menos la declinación dan la “latitud”, se sabe
instantáneamente en qué paralelo se encuentra, es decir, cuánto está al norte o
al sur de un punto conocido (…)
Debería creerse que igual puédase
determinar también cuánto está a levante o poniente del mismo punto, es decir,
en qué longitud, o sea, en qué meridiano (…) Por desgracia, por un misterio de
la naturaleza, cualquier modo elegido para definir la “longitud” hase
revelado siempre falaz. ¿Qué importa, podría preguntar el profano? Mucho (…)
Quince grados de meridiano,
aproximadamente, separan París de Praga; poco más de veinte, París de Las
Canarias. ¿Qué dirían vuestras Mercedes del comandante de un ejército de tierra
que creyese batirse en la Montaña Blanca y en vez de matar protestantes degollara
a los doctores de la Sorbona en la Montaña Sainte-Genoviève?” (U.E.)
El
desconocimiento de la “longitud”
causaba naufragios por doquier.
El
“problema de la longitud”, pese a los
premios sustanciosos, y la categoría de los científicos involucrados, tardó en
solucionarse…hasta que se consiguieron cronómetros precisos (mediado el XIX) y, finalmente, el GPS.
Cuando
murió Swift, Gluck estaba componiendo “La
caída de los gigantes”…Nada más apropiado para acompañar los Dry del medio
día…
Soy
un amante sentimental de la “sangre frita
con cebolla”…Los sabores de la infancia se van imponiendo según te vas
adentrando en los territorios desolados y planos de la nada. Sin embargo, por razones
que se harán inmediatamente evidentes, me preparo una ensalada verde, lo más
verde posible…y la acompañaré, por amaneramiento, con bebidas azules…”Parfait amour”… He de comunicarles que
el huerto empieza su producción de “invierno”.
Y,
tras el ágape, con mi carajillo mitad y mitad y el copuzo ansioso por ser
deglutido, les propongo un pequeño ejercicio:
Supongan
vds. un sujeto A (individuo o grupo) y un sujeto B (individuo o grupo). Uno de
los dos “sujetos” eliminará al otro.
Ambos
“sujetos” viven en las desoladas
llanuras de Kansas.
El “sujeto” A pasa la tarde-noche del sábado 14 de noviembre de 1959 atiborrándose de tv. (canal 11 de la época): 3 películas: “El hombre y el desafío” (la dura vida del Ártico), una del Oeste y “Cinco dedos” (nazis, espías..). Empalma con un episodio de Mike Hammer …¡ya saben!... El brutalmente violento, misógino, patriota, anticomunista Mike Hammer, siempre dispuesto a echar mano de su “Betsy” que cuelga de su sobaquera izquierda. Una especie de “Harry el sucio” de la guerra fría. Cinco minutos de noticias y “el tiempo”…su programa favorito.
El “sujeto” A pasa la tarde-noche del sábado 14 de noviembre de 1959 atiborrándose de tv. (canal 11 de la época): 3 películas: “El hombre y el desafío” (la dura vida del Ártico), una del Oeste y “Cinco dedos” (nazis, espías..). Empalma con un episodio de Mike Hammer …¡ya saben!... El brutalmente violento, misógino, patriota, anticomunista Mike Hammer, siempre dispuesto a echar mano de su “Betsy” que cuelga de su sobaquera izquierda. Una especie de “Harry el sucio” de la guerra fría. Cinco minutos de noticias y “el tiempo”…su programa favorito.
El “sujeto" A es metodista ferviente y
abstemio militante.
El “sujeto” B, viaja en un Chevrolet sedán
del 49, va equipados para la caza del faisán y de patos en las aguas del
Arkansas. Han parado a cenar: dos filetes no muy hechos, con patatas al horno,
ruedas de cebolla, patatas fritas, guiso de maíz, macarrones y maíz, ensalada
con mayonesa picante, bollitos de canela, tarta de manzana, helado, café y
puros…y para continuar el viaje una bolsa de “chuches”.
Viajan y cantan:
Viajan y cantan:
“Me
vine solo al jardín
Cuando
el rocío se posaba aún en las rosas
Y la
voz que escuché en mi oído
Revelaba
al Hijo de Dios”
Ambos “sujetos”
tienen esperanzas que su situación vaya a mejor.
La geografía y el urbanismo es común para
ambos sujetos: ciudades planas y
ásperas como papel de estraza; pavimentos agrietados; aceras escasas y
enemigas; polvo o barro. Escenario idóneo para crímenes a la luz del día (o
noches de luna llena)…ciudades en las que el asesino y la víctima son
indistinguibles: “hoy por mí, mañana por
ti”. Construidas en prosa (del “Readger’s
Digest”…y no con la forzada poesía de Jarmusch o Bogdánovich)
Renglones perfectos en los que dios puede dar
rienda suelta a su imaginación.
Ciudades en donde las terracitas para tomarse
una copa y leer el diario son desconocidas…en las que tienes que empinar la
petaca envuelta en el pañuelo, como si tuvieras alergia…¡y la tienes!...Alergia
a tanta Biblia en mesillas de noche, a tanto ganchillo sobre los lomos de sofás
de skay, a tanto miserable jardín donde no caben las herramientas de
mantenimiento (que, sin duda, se emplean para otros fines). Donde, a juzgar por
el número de gasolineras, parece que los
habitantes funcionan con motor de cuatro tiempos. Donde sacas el gas del el
suelo mismo de tu cocina…¡sin necesidad de instalación!...(¡Imaginen vds. las
posibilidades!)
…¡Liberame, Domine!...
El crimen recorre los cielos como nubes de
primavera y se deja caer donde le viene en gana. Llueven deseos asesinos y se
recoge la lluvia en aljibes ansiosas.
Planteada la cuestión, la pregunta es la
siguiente:
¿Qué
sujeto apareció asesinado (sin fisuras) la mañana del domingo día 15 de
noviembre? Razone la respuesta.
Respuesta nº1:
El “sujeto” que apareció muerto la mañana del domingo 15 de noviembre del 59, fue el A.
El “sujeto” que apareció muerto la mañana del domingo 15 de noviembre del 59, fue el A.
El sujeto B, dada su irracional ingesta, se
encuentra en un estado depresivo y, al mismo tiempo, deseoso de silencio. El
sujeto A, chorreante de inmundicia televisiva, no merece perdón. Además del
volumen demasiado alto…que espanta a los
alados.
Un abstemio militante no merece ocupar un
sitio en el universo-mundo.
Respuesta nº 2:
El “sujeto” que apareció muerto (…) fue el B.
El “sujeto” que apareció muerto (…) fue el B.
El sujeto A, saciado de incitación, coge el
cortacésped y se lanza enloquecido contra aquellos “cantores” que se atreven a irrumpir en sus tierras en esta hermosa
noche de luna llena. Un “sujeto” que
se alimenta de forma tan desconsiderada y caprichosa y que, sobre lo dicho,
goza con la muerte de ánades y faisanes…¡no merece ocupar un sitio en el
universo-mundo!...No hablemos ya del vodka con naranja que se estaban tomando.
¿Ven vds.?...¡Asesino y víctima se
confunden!...¡Hay motivos!...Si hubieran esperado al 15 de noviembre del 71,
podrían haber hecho uso (tanto el “sujeto”
A, como el “sujeto” B, del “Teléfono de la Esperanza”…
La respuesta la encontrarán vds. en “A sangre fría”, (T. Capote) una de las primeras novelas-documento que removió el mundo literario, tanto como el “suceso de Holcomb”, conmovió a la tranquila sociedad americana. Y ya que estamos échenle un vistazo a “Matar un ruiseñor” de Harper Lee, publicada en 1960, seis años antes que la obra de Capote…Dicen las malas lenguas que Truman Capote tuvo mucho que ver con esa novela; así como H. Lee acompañó a Capote en su “trabajo de campo” para la construcción de esa IMPRESIONANTE novela que es: “A sangre fría”.
Como dijo Aristóteles: “Una golondrina no hace verano”; han sido necesarios múltiples casos
parecidos para que se convirtiera en una inveterada costumbre USA.
El “sujeto”
víctima estaba en posesión de una Biblia; “un marcador de seda rígida y
desvaída tenía bordada la inscripción: “Atiende,
ora y vigila, porque no sabes cuándo te llegará
la hora””
Por aquellos días Georgia O’Keefee*, recorría
el desierto de Nuevo Méjico y las tierras altas de Kansas, en busca de paisajes
y flores de cactus.
¿Entienden, ahora, lo de la ensalada?
¿Entienden por qué no veré esta noche “Funny
Games” (Hanecke*)?
Para acabar de redondear la cosa:
Tal día como hoy, del año 1941, Himmler consideró
que los homosexuales deberían ser eliminados…¡Y lo fueron!...(bueno… salvando a
los gerifaltes del partido y demás).
Dos años más tarde, también el 15 de
noviembre, hizo extensiva la medida a los gitanos.
Los judíos decían: ¡como tengo la nacionalidad alemana…! Los homosexuales: ¡como no soy judío…! Los gitanos: ¡como no soy judío, ni homosexual…! Nosotros: ¡como tengo trabajo y no me meto en nada ni con nadie…!
Y dos años antes, mi padre cruzaba el puente de hierro de Flix, para dirigirse a la frontera francesa donde sería amablemnete instalado en las playas de Argelès sur mer
Los judíos decían: ¡como tengo la nacionalidad alemana…! Los homosexuales: ¡como no soy judío…! Los gitanos: ¡como no soy judío, ni homosexual…! Nosotros: ¡como tengo trabajo y no me meto en nada ni con nadie…!
Y dos años antes, mi padre cruzaba el puente de hierro de Flix, para dirigirse a la frontera francesa donde sería amablemnete instalado en las playas de Argelès sur mer
Abstemio:
“persona de carácter débil, que cede a la tentación de negarse un placer. Abstemio
total es el que se abstiene de todo, menos de la abstención; en especial, se
abstiene de no meterse en los asuntos ajenos” (Ambrose Bierce).
.