(Asteriscos*
remiten a Efemerísticas razones)
12
de vendimiario: Día de la inmortal o flor de papel.
1.
Mientras
la Reina de los tristes destinos (y
de las alegres camas) ponía pies en polvorosa, nacía, en una innombrada región
de Alemania, Effi Briest, llamada a ser la Bovary prusiana. Toda Europa estaba
llena de mujeres aburridas y, por lo tanto, tentadas por el adulterio. Ese era,
por el momento, el miedo masculino. Años más tarde lo sería la mera presencia
femenina.
Ana
Ozores; Luisa, la portuguesa; Ana Karenina.
Tal día como hoy,
pongamos del año 1886, Effi contrae matrimonio con Gern von Innstetten, de la
zángana nobleza (prusiana), que ya, de joven, había pretendido a la madre de la
infortunada, y que a la temprana muerte de ésta, seguiría pretendiendo
jovencitas por todos los balnearios de Centroeuropa.
Contraídas
las nupcias, y finiquitada la obligada luna de miel en Italia, asientan sus
posaderas en Kessin, Pomerania, a orillas del Báltico. Un manto de hastío y
desgana borró poco a poco sus impresiones mediterráneas y los sumió en miasmas
de anguilas ahumadas y pepinillos encurtidos. Atrás quedaron los delicados
espaguetis, los humorísticos macarrones, las olivas, las alcaparras, el orégano…el
vino de Chianti. En su lugar cerveza, korn de centeno y rollmops:
Toda una vida desperdiciada,
pensó Effi Briest, y yo más deseosa que
Isabel II. De nada servía que el aristócrata llenara su bolsa con el sueldo
de 100 obreros sino podía ejercerse el poder de compra. Cuando el aburrimiento se hacía sólido, de tan espeso,
enganchaban los caballos al landó y se dirigían, por etapas cubiertas en la mudez
más absoluta, a los friedrichanos
acantilados de Rügen.
Allí, Effi, buscaba elektron*
o ámbar amarillo, nostálgicas lágrimas de Apolo, que sobre el fondo azul del
cielo le recordaran a Werther… pero encontraba trozos irregulares de ámbar
marrón, sepulcros translúcidos de insectos prehistóricos. Así me encuentro yo, reflexionaba la niña, como un insecto apresado en ámbar turbio. Y la energía no fluía. No
encontraba la hebra que la uniera al resto del universo… o por lo menos, a los
brazos de su marido.
Dionisio
Areopagita, cuya fiesta celebra tal día
como hoy la santa iglesia católica, apostólica y romana, dixit: “Reuniendo en él (ámbar) las formas de oro y plata, simboliza a la
vez la pureza intangible, que pertenece al oro, y el destello luminoso,
brillante y celeste que pertenece a la plata.”
Así
que el mayor, aunque joven, von Crambas encontró el terreno abonado. Y empezó
una relación fuera de regla, amenazada por la presencia cercana del esposo y la
del “fantasma chino”. El traslado a Berlín, tomado como liberación, fue el
comienzo del desenlace fatal. Siguieron los contactos, las cartas y las visitas
a balnearios, entre los cuales la cosmopolita Bad Ems.
El marido encuentra las
cartas, reta a Cambras y le da muerte. Unos días de cárcel para uno; sepultura,
para otro; y la tristeza irremediable para la mujer que se encamina, lisamente,
hacia una muerte temprana.
2
En
ese afamado balneario había sido firmado y enviado el telegrama de Ems, excusa para la guerra franco-prusiana. Isabel II
y su corte no fueron ajenas al asunto (Infórmense Udes… ¡Infórmense!). Effi era
un bebé.
Y
también fue proclamado el Ukaz de Ems. Effi
era una preciosa niña, ajena a su sórdido destino. En ese Ukaz se prohibía el uso público del ukraniano. Lo firmó Alejandro
II una tarde especialmente tediosa de sus vacaciones en la ciudad balneario. A
las mujeres, el aburrimiento, como ven, les daba por el adulterio y a los zares
por firmar decretos dañinos.
Toda
esta tragedia conyugal y (epocal) fue inspirada en un caso real que Fontane, el
escritor, conocía de primera mano. La novela fue esbozada entre el 88 y el 89.
Para el 3 de octubre de 1890 ya tenía toda la estructura levantada. Ese día
encontraron a Poe delirando en los alrededores de la estación de Nevermore, perdón… ¡Baltimore!
El
día anterior había sido arrojado al mundo, en la cercana ciudad de Nueva York,
Julius Henry Marx: Cuando nací mi madre no estaba en casa, así que nací
solo… (Gila. Pero bien podría ser un apotegma de Groucho). Su padre,
alsaciano y sastre, perdió su nacionalidad francesa con la guerra
franco-prusiana. Siempre fue Frenchy
y un sastre pésimo (no por francés).
3.
El
lunes 3 de octubre de un siglo exacto más tarde, desde la planta 22 de la torre
de Montparnasse, se lanzó al vacío Poulanzas. Su amigo Tsoukalas, cuenta que
empezó tirando sus libros por la ventana, y al grito de soy un inútil (o algo
parecido) se lanzó en pos de la inmortalidad
de papel. La situación de la izquierda no era para tirar cohetes… (nunca lo
ha sido)… pero tampoco era para tanto. Su idea del Estado como “condensación material de relaciones de fuerza”, y la estrategia política
derivada, no parecía abrirse camino. Sólo ahora parece retornar en planteamientos
como los de Syriza y Podemos: Seguiremos informando.
15
días más tarde su compatriota Elytis recibiría el nobel de literatura:
“Lunes.- presencia de hierba y agua
en mis pies. Quiere decir que existo. Antes o después, la mirada que me
convertirá en piedra; mi mano derecha mantiene en alto una inmensa Espiga azul.
Para establecer el Nuevo Zodíaco.”