Todo
tiene su primera vez. Por ejemplo, es la primera vez que un jubilado se caga en
los muertos del camarero porque le ha traído unos mejillones “a la marinera” en vez de “al vapor”.
¿Que no? Pero… ¡seguro que nadie lo ha hecho con tanta injusticia y
desconsideración como yo! Y, sin
embargo, no saldré en las crónicas de este 18 de junio. Y puede que haya sido la primera vez que un
jubilado llore desconsoladamente por la injusticia cometida y se coma los
mejillones “a la marinera” con tanta
devoción y arrepentimiento.
Y,
sin embargo, no saldré en las “efemérides”
de este 18 de junio. Todo lo más en las hojas de registro de entradas del CAP
de Ocata.
Bueno,
pues tal día como hoy, del año 1928, Amelia (el hermano de Quinto se
llamaba Ambelio = parra, vid. Por el contrario, Amelia = enérgica, activa)
Earhart se convirtió en la primera mujer en cruzar el Atlántico en un velero
(¿). La verdad que su tarea consistió en contemplar como el mecánico y el
piloto las pasaban canutas para sortear las olas: todas les tocaron a ellos.
Ella fue algo así como la “Reina de
África”: estimulaba… incitaba. En
ese preciso momento Amudsen desaparecía en el Ártico. Ahí empezó a cambiar la
historia y lo femenino fue abriéndose camino en un terreno rico en
testosterona.
Pero
es que esta intrépida y hermosísima mujer hizo otras hazañas igual o más
espectaculares….aviones, coches…hasta que desapareció, sin dejar rastro, en los
mares que rodean Australia.
Y
tal día como hoy, del año 1983, Sally Ryde, a bordo del transbordador STS-7 se
convirtió en la primera mujer (americana) que llegó al espacio. En realidad fue
la tercera (¡¡20 años después!!) después de las soviéticas Tereshkova y
Savitskaia.
Señores,
esto no hay quien lo eleve. La tarde ha empezado mal y mal acabará. Lo de Waterloo está más tocado que el… Lo
único gracioso del asunto es la reproducción anual de la batalla. Lástima que
no haya quedado alguna bomba sin explotar y los mandara a todos al CAP más
cercano. Es humor de jubilado.
El mejor descriptor de batallas, que a esas alturas de la historia había perdido un poco su afición a Napoleón, se encontraba, siempre expulsado por Gina Pietragrua, en el café Florian de Venecia, mientras su criatura, Fabrizio, se preguntaba si aquello era una verdadera batalla.
El mejor descriptor de batallas, que a esas alturas de la historia había perdido un poco su afición a Napoleón, se encontraba, siempre expulsado por Gina Pietragrua, en el café Florian de Venecia, mientras su criatura, Fabrizio, se preguntaba si aquello era una verdadera batalla.
El
camarero, deseoso de poner punto final, me trae un carajillo de orujo. Se lo
agradezco y bendigo, en él, a toda su progenie. Me corresponde dejando sobre la
mesa la botella entera. No me atrevo a darle las gracias, porque es capaz de
traerme todas las existencias. Son detalles que enternecen.
Va
cayendo la tarde, pero como los días se alargan y se alargan, no te enteras.
Sólo cuando ves pasar el barco a Italia caes en la cuenta de que son las siete,
más o menos. Los aviones se dirigen desde todas direcciones hacia el Prat. Es
un espectáculo digno de ser contemplado. El tren de cercanías se dirige a
Mataró. Los coches están parados en la nacional II. Los bañistas se bañan. Las
golondrinas hacen lo que acostumbran. Es una tarde normal…tirando a vulgar.
Dicen
las crónicas que tal día como hoy cinco monjes de Canterbury (¡cuántas cosas
han pasado en Canterbury!) divisaron en la luna la colisión de un meteorito
(¡¡). Era el año 1178. Mucha gente lo observaría… ¡pero no sabrían escribir! El
choque afectó a la distancia entre los dos astros y produjo el cráter que
bautizaron como “Giordano Bruno” (¿?)
Así
lo cuenta Gervasio de Canterbury:
“Alrededor
de una hora después del atardecer del 18
de Junio, 1178 D.C., una partida de cinco testigos vio como el cuerno
superior de la brillante luna nueva "repentinamente se partió en dos. Del
punto medio de esta división surgió una llameante antorcha, que expelía fuego,
brasas incandescentes y chispas. . . El cuerpo de la luna, que era carcomido. .
. palpitaba como una serpiente herida.".
Por entonces estaba en plena efervescencia el tema
del “alcohol” y el “espíritu del vino”. En el año 1100, la
escuela de Salerno (Italia), diferenciaba dos formas, el "aqua ardens" de 60 grados
alcohólicos y el "aqua vitae"
de 90 grados. De ahí pasó a “eau de vie”,
al tiempo que se le sumaban propiedades milagrosas. ¿Qué pasó en aquella
ocasión? Pues… ¡lo típico! cinco monjes empinando el codo y viendo lucecitas. Y
la risa tonta. Y el amor universal.
Y
También tal día como hoy, del
fatídico año 1936, murió por primera vez (y definitiva) Maxim Gorky. Su
relación con los bolcheviques nunca fue fácil, ni incluso cuando era fluida. Su
“odio” al alma campesina, tan del
aprecio de Gogol y Tolstoi, le apartó de los bolcheviques y de la estrategia
revolucionaria. La tirantez llegó al extremo en el 21. Abandonó Rusia y se
instaló en Berlín durante algunos años.
Cuando murió Lenin las “erinnias”
(como a mí tras chillarle al camarero) se lo comían vivo y empezó a pensar en
volver a la patria. Stalin lo recibió con los brazos (¡y los ojos!) abiertos.
Puso a su disposición comodidades sin cuento y poderes propios de taumaturgo.
Fue el teórico y el modelo del “Realismo
Socialista”, que se convirtió en doctrina oficial en el 34. No hay duda de
que a su hijo se lo cargaron los del NKVD. Y pocas de que a él también. El “caso Kirov” desató el nudo gordiano. Lo
cierto es que la muerte de Gorky tuvo lugar justo antes de los jucios “espectaculares” contra Zinoviev y
Kamenev. Era claro que Gorky no se hubiera quedado en silencio (es una
suposición arriesgada). En cualquier caso la mera sospecha de que se le
desatara la lengua hubiera sido motivo suficiente para quitarlo de en medio. De
paso los médicos también recibieron lo suyo. En la escena circense en la que
decidió el destino de Bujarín se habló de “homicidio
médico”.
Como
era de esperar el Premio Nobel del 33 recayó sobre Bunin, bestia negra del
bolchevismo. Gorky, apoyado por el Kremlin, se consolaron con toneladas
métricas de vodka. Pero, facilitó la cosa: No es lo mismo acabar con un Premio
Nobel que hacerlo con una renombrada figura internacional.
No
puedo dejar esta efeméride sin citar
las loas del escritor proletario a los trabajos del Canal del Bático…Tan inmisericorde como la construcción de las
pirámides… ¡Y a los “voluntarios” que
lo hicieron posible! Los prohombres de occidente no escatimaron loas a los
logros de la patria comunista.
Naturalmente… ¡tuvieron tiempo de desdecirse! Los “voluntarios” hacía años que criaban musgo y liquen.
Aquello
fue una verdadera involución: de ser
humano a gusano. Precisamente cuando de lo que se trataba era de crear el “hombre nuevo”. ¡Fallaría alguna
palanquita!
Si
Darwin no nos engañó, con el fin de ajustar fechas y tal, tal día como hoy,
del año 1858, el naturalista recibió, en Inglaterra, un resumen exhaustivo del
trabajo que un tal Wallace estaba llevando a cabo en las antípodas. Se exponía
de una forma clara, concisa e, incluso, más acertada, de lo que enseguida
conoceríamos como “Teoría de la Evolución”.
Darwin quedó anonadado, paralizado de estupor y desencanto: la obra de toda su
vida… ¡a tomar polculo! No llegó la
sangre al río…como en el caso de Leibniz y Newton. Llegaron a un cordial y
justo acuerdo: hacer una exposición conjunta el día 1 de julio (véase la
propuesta) en la sociedad linneana de Londres. La posteridad ha
dado la prioridad a Darwin. Cosa que no se hizo con la pobre Rosalind Franklin
y su contribución al descubrimiento de la estructura del ADN.
Vds.
me perdonarán, pero después de 8 días en la sierra del Alcaraz contemplando el origen del Mundo (afluente del Segura) y
alejado de mis quehaceres literarios, la cosa no da para más.
Algo así como el "Origen de la vida":