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viernes, 6 de diciembre de 2013

Propuesta para hoy, día 6 de diciembre. “Simpatía por el diablo”. Sidirópoulos. Otra vez Alemania: Asamblea en el “Día”.



(Los asteriscos * remiten a misteriosas, efímeras y  efemerísticas razones”).

(Día lluvioso. “La lluvia sobre el tejado, como pájaros dando brincos”. Peter Handke (*) lo escribía tal día como hoy del año 1976).



Y ahora les invito (¿) a que monten en la escoba y sobrevuelen, como Margarita, las aguas heladas de  los Estanques del Patriarca” (el plural es un resto orientador).
Agudicen su vista de rapaz y verán a “Voland” junto a su gato “Beguemot” tramando de forma distendida sus nuevas fechorías. Enchufen el I-pod y que suene: “Simpatía por el diablo”. Hoy hace (YA) 46 años de la aparición pública de “Beggars Banquet”. Una pieza “junglaresca”, simiesca, abre “banquete de los mendigos”:

 “Por favor, déjame que me presente:
Soy un hombre de riquezas y buen gusto.
Ando rodando desde hace muchos años, muchos años
He robado el alma y la fe de muchos hombres.
Yo estaba allí cuando Jesucristo tuvo su momento de duda y dolor
y me asegure por los infiernos que Pilatos se lavara las manos y sellara su destino.
(…)
Así que si me encuentras, ten cortesía,
un poco de simpatía y cierta exquisitez.
Usa tu bien aprendida educación
!o haré que se te pudra el alma!”



Su compañera Marianne Faithfull le había regalado “El Maestro y Margarita” y, aunque respira un cierto aire baudelairiano, no hay duda de cuál es el origen de la canción. El disco es una vuelta el R&B y quiere sintonizar con los acontecimientos del 68. Para confirmarlo ahí está Godard… ¡Y los Simson! La publicación del LP se retrasó y fue apropiado para regalo de navidad. Sin embargo se gestó al calor de los rescoldos de Mayo y de aquel verano ardiente.

Y si los Rollins volvían a sus raíces, Pavlos Sidirópoulos (¡¡) nunca las perdió: intentó por todos los medios desarrollar un R&B en griego. Y lo más de lo más, un “blues” convertido, por obra y gracia de su genio, en una pieza de “rebético”. La heroína se lo llevó p’alante tal día como hoy, del año 1990…. Αντε και καλή τύχη μάγκες. Algunas noches, por las calles de Exarxia, no es extraño oír a algún melancólico cantar para sí aquello de “Αν μ’αγαπας…” Y sentirá florecer su cuerpo y exhalará un perfume a dormidas higueras de invierno. 



Hegel husmea el aire, afila las orejas y emite un sonido incomprensible también para él. Es el amor, Hegel, el amor.

Hoy compartimos las tostadas con aceite y oréganos balkánicos. Y mientras se las zampa le recito trozos de “Viaje de invierno…Justicia para Serbia” de Peter Handke (*) y oímos con recogimiento el “Wintereise” de Shubert. 


Antes de volver a dormirnos…chubasquero y ¡a la calle! Hegel no conoce la lluvia. Levanta la cabeza con la boca abierta y quiere tragarse el aguacero. Nos refugiamos en el bar del Día (el Condis no tiene cantina).

–¡Buenos días, cantinero!

–¡Buenos días señores!

–Póngame un carajillo, mitad y mitad, ¡con Terry de malla! y al perro “Winterreise”…desde la “Última esperanza” en adelante. Es que nos hemos quedado a medias.

–¿Le irá bien en la versión de Dietrich Fisher-Dieskau?

–¡Ni pintado!

–Este afamado “liedérfilo” empezó su carrera profesional con el “Réquiem alemán! como sin duda vds. sabrán.

–Precisamente veníamos pensando en este asunto: El asesinato de la Revolución Alemana. Aprovechando el chaparrón ¿qué le parece si nos sumergimos y buceamos un poco en el tema?

–Esto, sin duda, me arreglara el día, y será un buen reclamo para la clientela.

–Miel sobre hojuelas.

Desde el 9 de Noviembre la socialdemocracia preparaba el fracaso de la revolución. Se convirtió en masacre cuando el peligro de “surpasso” se hizo evidente.  La socialdemocracia siempre ha sido fiel a su naturaleza: conducir el movimiento obrero a la derrota final. Este ominoso final ha exigido siempre la presencia de fuerzas revolucionarias que le disputasen la hegemonía y pusieran en aprietos el orden burgués. Lo que nunca han aprendido (los socialdemócratas) es que nadie se lo agradecerá. Y que su suerte irá pareja a la de los “mártires”. Desde la reunión del Circo Bush la suerte estuvo echada. Lo que salió de ahí fue anulado en la práctica desde el mismo día 11. Sin embargo siempre existía como posibilidad metafísica. El “doble poder” nunca fue tal. Pero al capital le molestaba su olor, su sombra, y sobre todo que les hubieran arrancado las “jarreteras”.



 El pacto Ebert- Groener planeaba como bandada de buitres. Berlín estaba en manos de los partidarios (de todo tipo) de la revolución de noviembre. El ejército estaba disuelto y se acercaba en desbandada, con la sola idea de meterse en la cama y no levantarse en décadas. El SPD era hegemónico en las organizaciones de clase, incluyendo los consejos, pero su misma existencia le molestaba y decidió desde el principio, en comunión con las fuerzas imperiales, arrancar de raíz ese germen diminuto, pero potencialmente catastrófico para los intereses de la burguesía y los Junkers (¿o es lo mismo?).

 
 –Se estableció, en efecto, un pacto con Ebert para aplastar la revolución. Los soldados que iban entrando, a cuenta gotas, en Berlín, era cruzar la puerta de Branderburgo y desvanecerse “euridicianamente”. Con ellos, estaba claro, no se podía contar. Y las guarniciones que quedaban en la ciudad no eran de fiar. La confianza estaba puesta en el grueso del ejército que entraría a partir del día 10… ¿me equivoco?

–¡Cómo se va Vd. a equivocar! Póngame un sol y sombra…a ver si escampa.  Mire Vd. a  “Hegel” con qué atención sigue los lieders…hasta parece que cante.

–Sabrá Vd. que el Congreso de los Consejos estaba anunciado para el día 16 de diciembre. En realidad dada la correlación de fuerzas, era un puro trámite…

–Pero, querido amigo, ¡hasta los trámites aterran! Tenían pensado dar un golpe de estado e instaurar el orden de forma violenta. ¿Me equivoco?

–¿Violenta? Querrá Vd. decir asesina. Después se hizo público lo que estos caballeretes pactaron y todo se supo. También se supo que tampoco Ebert, el socialista asqueroso que apuñaló a la patria por la espalda, se salvaría. Ellos, pese a los servicios prestados, lo odiaban tanto como a los spartakistas… pero se contenían, ¡les era útil para instaurar el orden en Berlín!––Y sigue secando maquinalmente la vajilla.

La estrategia del SPD iba dirigida a la celebración de la Asamblea Constituyente de Enero y la táctica inmediata era eliminar obstáculos. El “plan” tenía por objetivo impedir el Congreso y eliminar los Consejos, su Comité ejecutivo y el Comisariado del pueblo. Y que todo volviera a su cauce natural. Pero eso, a estas alturas, era imposible sin fusilar a cientos.

“Por el momento se trataba de arrebatar el poder a los consejos de los trabajadores y soldados en Berlín. Con este objetivo se planeó el avance sobre la ciudad por partes de diez divisiones. El comisario del pueblo Ebert estuvo plenamente de acuerdo (…)”. Así lo confesaba el mismo Groener en el “proceso” (“puñalada por la espalda”) contra Ebert (Munich, 1925).

Eran tantas las ganas, que un destacamento se “destacó” y se adelantó al plan previsto.

Fue un día extraño y triste, anunciador de lo que vendría: Un “fallido” golpe de estado; un certero ametrallamiento sobre la multitud que salía de las salas Germania y Sophie  a la Chauseestrasse y la Invalidenstrasse; sobre los spartakistas se iban acumulando los nubarrones.

Aquella tarde Hilde, llegada a Berlín el día 4, visitó la Iglesia de Santa Hedwig impulsada por las miserias pasadas y por la esperanza de disipar las futuras. Un aire de fatalidad “demoníaca” la va envolviendo poco a poco. Becker se encontrará con ella mañana y comenzará su caída en el “yo”. En Berlín no cesa la lluvia. Aquí tampoco. El cielo no ayuda.

A Versalles van llegando los “artífices de la paz”. Wilson “el esperado”, navega en el “George Washington”. Ayer el “Casandra” se cruzó en su camino con una mina alemana y se fue a pique. La “gripe española” sigue haciendo estragos. El ejército alemán, en desbandada, va siendo acumulado al oeste de Berlín.























Parece que ha cundido la noticia de que en la cantina del “Día” tiene lugar una conversación de enjundia. Se ha vaciado el “Condis”. Mujeres con las bolsas a reventar, hombres con la barra de pan en el sobaco, niños, perros…todo Ocata se concentra a las puertas del utilitario establecimiento. Es necesario moderar el tumulto: se toman turnos de palabra, se mide el tiempo de las intervenciones. Alguien sugiere levantar acta de lo que está sucediendo en el barrio este 6 de diciembre. Otro propone un seguimiento en “streaming” (¿) del acontecimiento.

–O sea que, compañero, los partidos “socialistas” son la última garantía de la burguesía frente al ataque de la clase obrera… ¿He entendido bien? –– Quien así se expresa es el butanero ecuatoriano que ha dejado la bombona en el suelo para tomarse un respiro.

El tabernero, sin parar de tirar cañas y poner platitos de “morros”: “¡Ha entendido perfectamente, caballero!”

–Sin embargo la socialdemocracia ha sido el seno de donde han nacido los partidos “revolucionarios”. Hubo un tiempo en el que Kaustky y Bersntein; Lenin, Trotsky y Stalin; Rosa, Karl y Ebert…estaban juntos y compartían ideales y luchas.–– Esta pertinente observación ha sido hecha por la sra. Lucía, que tiene una perra de 18 años y carga con una bolsa de 10 kilos de comida canina.

–El desarrollo de las contradicciones del sistema capitalista y de la conciencia de clase forzó las divisiones internas y la ruptura de aquel espejismo–– Le ha contestado el “Che” que cultiva un huerto salvaje en los mismísimos límites de la civilización. Y se explaya: “Lo crucial es acertar (o no) el momento en el que debe producirse esta ruptura. La verdad es que hasta hoy día ningún partido de los nuestros ha sabido aprovechar la quiebra de la socialdemocracia”.
(…)
Se cumple la hora del ángelus y empiezan los vermuts y los drys. El cantinero no cabe en sí de sagacidad y de contento. Hegel se aburre sobremanera. El alboroto le impide seguir atentamente la lógica del “Winterreise” y bosteza.

Así sigue la cosa, sin sacar nada en claro respecto a la estrategia a seguir, hasta la hora de comer. Llega un momento en que la conversación se encalla. Un momento en el que no se sabe añadir nada más. La socialdemocracia no sólo ha fracasado sino que…etc…etc.  Pero ¿nosotros? ¿Qué hemos hecho nosotros? Hemos seguido como virutas metálicas los campos magnéticos de la socialdemocracia. Los menos, clarividentes, fueron asesinados por su clarividencia. Y vuelta a empezar el camino de la clase obrera hacia el paraíso (*).


 Finalmente el local se vacía.

–Esta interesante asamblea ¿podemos llamarla así? Ha excitado en mí una idea a la que desde hace tiempo le vengo dando vueltas.

–Formule Vd., estimado bodeguero.

–Tiempo habrá. Le adelanto lo siguiente: La socialdemocracia se está refundando sobre sus principios originales. Esa refundación pasa, como pasó en su día, por “revolucionaria”, pues cualquier cosa que digas que no coincida con la opinión del Capital pasa por revolucionaria. Esa refundación se convierte en una nueva oportunidad (o en un nuevo desastre). Porque lo que parece claro es que las posiciones revolucionarias yacen profundamente ocultas a la conciencia espontánea. Quizás sea necesaria esa refundación para aligerar el peso que las sofoca. Provocar una nueva ruptura a un nivel superior.  

–Tómese Vd. su tiempo para conceptuar y formular eso que le ronda. Y pongámonos otra ronda. A “Hegel” un bocadillo de queso manchego.

El encargado del “Condis”, bata azul, gorra verde y cara pálidamente desencajada:

"Por favor, déjenme que me presente". Soy el del “Condis”. ¿Me has declarado la guerra? Acepto el reto… y te aviso de que para mañana convoco una asamblea para hablar de la Independencia de Catalunya.

Y así, con esta grave preocupación, pasamos la tarde, llega la noche y nos dormimos (Hegel, que el año 2025 cumplirá 12 años (*) y yo que estaré en las últimas ¿no viene a cuento?) abrazados, como combatientes en las trincheras de la primera guerra mundial.

"En sueños" (*) se me aparece  una  hermosa mujer vestida de terciopelo azul. 























jueves, 5 de diciembre de 2013

Propuesta para hoy, 5 de diciembre. Mozart. Hegel en Valencia.



(los asteriscos (*), como siempre, remiten a efímeras “razones efemerísticas”)

Hoy me he propuesto iniciar al cánido en el conocimiento del mundo. Predisposición tiene. Tentempié matutino (cada cual lo suyo) y recogemos bártulos: útiles del perro y ropa interior para mí: bolsa de condis y…¡carretera y manta! ¡A Valencia!



 Hegel” quiere hacer de copiloto. Eso sólo se lo permitía a “Gorrión”, que era tan escrupuloso con las normas que hasta se ponía el cinturón de seguridad. Este tiene otra casta: más prusiana, por así decir. Le abro el portón trasero y se acomoda de mala gana. Para entretenerlo le voy contando la vida de perros “ilustres”, la triste muerte del perro de Mozart y el desolado entierro de su amo (*). Llegan lamentos quedos de la zona de equipajes. A “Hegel” le ha tocado el alma (¡¡) el destino del perro del músico. No hay nada mejor que ir instruyendo a las criaturas desde la más tierna infancia. 

 

La mañana, de un anaranjado Monet (*), se despliega según nos acercamos a Valencia, cosa lógica, por lo demás. Lo de Monet, por cierto, tiene su miga. De quien Cézanne había dicho que “Sólo es ojo… ¡pero qué ojo!” casi se queda ciego en las proximidades de la vejez. Cuando recuperaba la visión, la depresión lo acabó de hundir. De Monet (les parecerá raro) beben las corrientes abstractas: el trabajo en series (Warholl); los nenúfares (Pollock); los almiares (Mondrian). Para mí que fue el más representativo de lo que llamamos “impresionismo” (¿Pisarro?): la obsesión por la fugacidad de la luz, la negación del negro, el “plainairismo”…la ausencia de tema, a favor de la atmósfera, la falta de compromiso político (dejemos a parte a Pissarro, anarquista de pro)… En fin, todo eso que asociamos a ese estilo pictórico que rápidamente se convertiría en académico y que marcó el límite del gusto burgués.



Ya saben Vds. que “hasta el rabo todo es toro” que, traducido, quiere decir que nadie puede responder a la pregunta por su felicidad hasta el día de su muerte. Es en el último momento cuando se revela el origen y el sentido del transcurso. Por eso mis propuestas se detienen en esos momentos postreros y no tanto en los primeros y alborozados instantes, cuando todo está por llegar y construir… Y toda la casa se llena de risas y presentimientos.

Que se lo pregunten a Mozart. Acérquense a su pestilente cama y atrévanse a lanzarle la pregunta definitiva: “¿Ha sido Vd. feliz?”. Mozart, hinchado como un pez globo, y descomponiéndose a marchas forzadas, pedirá la partitura de la “Lacrimosa” del “Réqiem” y dará una respuesta líquida: Un torrente de lágrimas que se mezclarán con las delicadas plumas de ánsar de la almohada.

“Lacrimosa dies illa
Qua resurget ex favilla
Judicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus:
Pie Jesu Domine,
Dona eis requiem. Amen”.

Sus últimos pensamientos se centraron en el desamparo de los suyos…y en el cabronazo que lo había estado envenenando (lo creyó hasta el final)…. ¡Como Robert Johnson! 



Moriría tal día como hoy, del año 1791.

Vean Vds. porqué caminos más inopinados surge la belleza. O mejor: vean Vds. cómo la belleza vive de espaldas a quien la produce. La belleza no es “donatista”.

El coche se sabe de memoria el camino: dónde están los radares; dónde un bar interesante; donde una curva peligrosa…

Como no quiero entristecer más al perro, y a la vez quiero que aprenda sobre los últimos momentos del músico, pongo el “Concierto para clarinete”, imbuido de la alegría perenne de la “Flauta…”. Cuando acaba enlazo con la “Sonata por nuestra alegría” que tampoco muestra indicios  de agonía…y sin embargo…¡¡se moría!! (¡rodolí!).
El día 20 de noviembre ya no apareció por la “Serpiente de plata”, de la calle Kärntner, cerca de la Staatsoper. Si pasan por Viena, tómense un aguardiente de cereal en el café Mozart de la Albertinaplaz… ALLÍ no digan que van de mi parte.

No pudieron hacerle la autopsia, de tan descompuesto como estaba. Así que nos quedamos sin saber la causa exacta de su muerte y se dio pie a que los constructores de hipótesis activaran su clarividencia  Sobre el entierro ya he dicho algo en algún lugar. Y sobre los “misterios” que envuelven el “Réquiem”, también. 

Hegel aúlla, se deshace en sollozos. He de parar el coche y consolarlo. Se desahoga en el tronco de un pino. Mueve la cola y seguimos. Sepan vds. que el perro es nativo de los Sudetes (República Checa) y todo lo concerniente a Centro Europa, le incumbe.

Llegamos a Valencia justo a la hora del ángelus. Nos esperan con un Dry y un cubo de agua fresquita: ¡¡Por el fin de la ley seca!! (*). Y nos pimplamos un par más. El perro vuelve a tirar como en los Balkanes. Nos arrastra. Y además con un ventarrón de tormenta a favor. No soy supersticioso, pero, tal día como hoy, anota Daniel Defoe: “la más terrible tormenta que haya visto el mundo”, era el año 1703. La tormenta abarcaba desde Gales hasta los “Sudetes”.

Bajamos por Quart, plaça del Tossal y nos dirigimos al Mercado Central, ese impresionante recinto de “arquitectura del hierro”, merecedor de más gloria. Compramos unos “gallos” (“bruixes”), lo necesario para hacerlas a la vinagreta de aguacate, 4 botellas de “Cullarot” blanco, 4 de Jumilla, dos botellas de vodka del bisonte, una de aguardiente (de ese del ciervo) y un fenomenal ossobuco para “Hegel”.  De vuelta se nos van uniendo los comensales: N., P. (que viste como la Delaunay*), N., A. y Salva “Slip”. Así que seremos 8, más el perro. El perro sigue tirando, arrastrando tras de sí toda la estructura del mercado central. No hay manera. Unas cervecitas de camino. Dejamos la barra como si hubiera habido una despedida de soltero: llena de perifollo de cacahuetes.

      


 1. Picar la cebolla en juliana muy fina y rehogarla en una cantidad generosa de aceite de oliva extra virgen. Ha de quedar crujiente. Escurrirla bien sobre papel de cocina.
2. Picar (pelado) el aguacate en daditos pequeños y ponerlo en un bol. Salarlo, añadir el zumo del medio limón y el pimentón (picante) y mezclar con suavidad. Cubrir de aceite. Remover un poco para que el aguacate impregne la vinagreta, pero sin que se deshaga del todo. Corregir de sal.
3. Limpiar las “brujas” (hermanas pobres del rodaballo y del lenguado, todos de la familia “Planas”). Salarlos y untarlos con un poco del aceite de la cebolla (que se entristezcan ligeramente)  y pasarlos por una la sartén (¿grande?, ¿pequeña?...¡La única!). Servir los filetes con la cebolla frita y unas cucharadas de vinagreta de aguacate templada por encima.

Las mujeres van a por más vino.

Sabrán Vds. que tal día como hoy, del año 1484, Inocencio VIII escribió de su puño y letra la “Summis desiderantes affectibus”, dando inicio a la “caza de brujas” (¿pesca?). Realmente el papa estaba preocupado por el tema. Sus razones tendría: Entonces era normal que los papas hicieran vida marital, lo que conlleva: mujer, suegra y cuñadas…Debería estar verdaderamente acuciado, porque la Iglesia, hasta ese día, sostenía que la mera creencia en la existencia de tales seres, era herético. No le importó. Iba enloquecido a poner coto y orden. Y a vengarse (¿).

“…Por cierto que en los últimos tiempos llegó a Nuestros oídos, no sin afligirnos con la más amarga pena, la noticia de que en algunas partes de Alemania septentrional (…) muchas personas de uno y otro sexo, despreocupadas de su salvación y apartadas de la Fe Católica, se abandonaron a demonios, íncubos y súcubos, y con sus encantamientos, hechizos, conjuraciones y otros execrables embrujos y artificios, enormidades y horrendas ofensas, han matado niños que estaban aún en el útero materno, lo cual también hicieron con las crías de los ganados; que arruinaron los productos de la tierra, las uvas de la vid, los frutos de los árboles; más aun, a hombres y mujeres, animales de carga, rebaños y animales de otras clases, viñedos, huertos, praderas, campos de pastoreo, trigo, cebada y todo otro cereal; estos desdichados, además, acosan y atormentan a hombres y mujeres, animales de carga, rebaños y animales de otras clases, con terribles dolores y penosas enfermedades, tanto internas como exteriores; impiden a los hombres realizar el acto sexual y a las mujeres concebir, por lo cual los esposos no pueden conocer a sus mujeres, ni éstas recibir a aquéllos; por añadidura, en forma blasfema, renuncian a la Fe que les pertenece por el sacramento del Bautismo, y a instigación del Enemigo de la Humanidad no se resguardan de cometer y perpetrar las más espantosas abominaciones y los más asquerosos excesos, con peligro moral para su alma, con lo cual ultrajan a la Divina Majestad y son causa de escándalo y de peligro para muchos…”

Es difícil hacerse una idea de estos “seres”. Pero, verdaderamente, su acción es contundente y arrasadora. Un “cuadro” complicado. Tengo para mí que lo más preocupante era los destrozos en las viñas. El resto (eso de íncubos y súcubos; fetos y demás) era tan cotidiano en la barca de san Pedro que se lo traería al pairo.

¡Las viñas…las viñas!



El papa envió a los suyos a poner orden.

Tal día como hoy, del año 1918, se confeccionaba el plan destinado a poner orden en Berlín. Ebert, naturalmente, estuvo de acuerdo (¡y no digamos Noske!).

La Inquisición ya existía. ¡Que le pregunten a Torquemada y a Nicolàs Eimeric! Ahora se trataba de otra cosa: de brujería. La cuestión de los judeo-conversos estaba encarrilada y la función de “Gran Hermano” se estaba incubando.  Poco a poco la institución se fue especializando en la femenil grey y en aniquilar todos sus encantos y “encanterios”.

Hegel” ha reducido a agujero el “ossobuco”. La Polaca, lo decora con círculos cromáticos, siguiendo las teorías de Chevreuil, y se lo pone como pulsera. 



 Va pasando la tarde, amenizada por Camarón,  los Hermanos Zuleta y Víctor Tsoy con su grupo “Kino” (por-rock-punk-folk ruso… ¡a saber!). Va bien con el vodka. Damos una vuelta por el “Carme”. “Hegel” no se aparta de “la Polaca”. Parecemos supervivientes de la batalla del Marne, aturdidos por el estruendo y la visión de la muerte. Matamos el tiempo (y él nos entierra) de bar en bar y a la hora de las brujas nos dirigimos a la “Edad de Oro”. Mi tarjeta “idem” nos abre las puertas. Es el fin. La última siempre la tomamos allí. Parece la sala de espera de un hospital de urgencias. Una vez que sales de esa sala no te quedan ganas de ver mundo. La noche se ha acabado
definitivamente…y posiblemente también el día de después. “Hegel”, menor de edad, espera en la puerta.

–¿Qué tomarán las caballeras?

Nos contamos y han desaparecido tres.

We will “take five” beers.

El “disjokey”, Juanito, siempre con la oreja avizor, pone a David Brubeck (*). Con éste pasa como con “El Barrio”, les gusta a los que no son aficionados al “cante”.

No hemos acabado la cerveza, cuando irrumpe en la sala una femenil masa compacta. Debe de tratarse de una “despedida de la vida”. O de una reunión informal de viudas de soldados de la “quinta del biberón”. Solicitan algo de Jorge Negrete (*), el ídolo de su juventud (les juro que una vez oí en la radio: “Jorg Negret”, a la francesa). Los parroquianos nos quedamos paralizados de espanto. Dejamos la barra libre para que abreven. La osada que ha pedido cerveza acaba tendida en la mesa de billar. Luce un vaporoso traje rosa y ropa interior como bolsas del condis. Suena “¡Ay, Jalisco no te rajes!”. Enlaza con “De piedra ha de ser la cama...”

Es el momento de largarnos. Ya hemos visto demasiado.

Hegel está siendo objeto de admiración por el subgrupo que ha preferido esperar fuera. Cuando huele a “La Polaca” se levanta como un resorte.

Creo que “Hegel” ha superado la prueba.








RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...