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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 11 de septiembre.SEGUNDA SERIE. "Ne me qittes pas"


25 de fructidor, dedicado al cangrejo de río.

1.
Toda la historia del mundo cabe en un día. Es decir, que si Vds. eligen un día al azar y anotan todo lo sucedido en sus sucesivas recurrencias, resultará una historia de la humanidad. Alguien lo ha intentado con un segundo. El 11 del 11, tan binario, sirve como cualquier otro. Puro zen.

2.
De los ambarinos ojos de Hegel cuelgan dos lágrimas como dos granos de uva moscatel.

- ¡No me dejes!...¡ni me niegues el pan!
- Pero, ¡Hegel!, ¿a qué viene esto?
- ¿A qué viene esto... a qué viene esto? ¿Y tú me lo preguntas? ¿Tú?...¿¡el rey de las efemérides!?
- ¿Lo dices por Chile? ¿por Catalunya ¿por las torres gemelas?
- No te hagas el tonto...que ya lo eres.


Bueno, no me alargaré. Tal día como hoy, del año 1959, Jacques Brel (el extraterrestre de la extraterrrstrre Bélgica), grabó por primera vez: "Ne me quitte pas", formando parte del LP "La valse a mille temps", de africana inspiración, dicen. Tenía 30 años. Edith Piaff, sufre un desfallecimiento en Nueva York y es trasladada a Francia para ir preparando su muerte; el listo de Moustaki se ha quedado en América. A Boris Vian acaban de sacarlo muerto de un cine de barrio. Yves Montand,, Gréco, Leo Ferré, Brassens, Becaud... Ferrat... están en la cresta de la ola. Hallyday, Vartan, Laforet, Hardy, Dalida, ¡Bárbara!, Richard Anthony, Alain Barrière... se están poniendo el bañador. El Sena se dispone a a coger a cientos de argelinos que, para su desgracia, no saben nadar y en Cuba, los barbudos han tomado el poder.
En América "la música acaba de morir" en un campo de maíz entre Iowa y Fargo, Dakota del Norte.
30 años antes, Bélgica echaba la casa por la ventana: centenario de su independencia; Hergé creaba a "Tintín" y lo enviaba a la URSS; Maigret, recién ascendido a Comisario jefe e instalado en el Boulevard Richar Lenoir, empezaba su andadura pública y Brel se apresuraba a nacer antes de que el jueves negro extendiera su sombra por los cinco continentes.



Si, a pesar de todo,Vd. recala en Bruselas, ¿a cuento de qué? (por lo demás), pues pásese por la cervecería À la Mort Subite y pida la cerveza definitiva, esa que sabe a frambuesa ... lo sacarán con los pies p'alante como a Boris Vian. Si, por el contrario, puede salir por su propio pie, diríjase a "Aux armes de Bruxelles", en la cercana calle de los carniceros y ataquen, a la brava, un plato de mejillones con patatas fritas. Si le quedan arrestos, les viene de paso, degusten el famoso pescado fresco del mar del norte que sirven en "Chez Vicent" y unas gambas con gabardina (Brel se acostumbró allí a esa prenda) en la vecina rue du Passage. Y así, bordeando la muerte, acaben su Vía Crucis en el Impasse de la Fidelité, en el Delirium, donde le pondrán un café con aromas congoleños. No es extraño que Brel, pese a la impedimenta familiar, abandonara Bruselas y se estableciera en París.


En el caso, improbable, que haya salido ileso y quiera añadir nostalgia a sus dolencias, busque el tranvía 33 donde se encontrará con Madaleine y su joven enamorado; desde las ventanillas podrá ver uno de tantos "Jef", cien kilos en canal, que deambulan por las sucias calles de la capital política europea, paseando su honda depresión... como se pasea la sombra de un perro.




El cantautor no lo tuvo fácil... hasta que Suzy le convenza de que cambie de imagen y se quite el bigote de lustrador de zapatos. Esto ocurría en "L'Echelle de Jacob", donde, como en sueños, conoció a Brassens. Dos meses antes Jacques Canetti (¿les suena?) lo había convencido para venir a París. Todo parecía el comienzo de una tragedia de envergadura. Canta unas semanas en el local de Canetti, el celebérrimo "Les Trois Baudets" (donde el año anterior había debutado Brassens); recorre Montmarte y los locales de Montparnasse recogiendo indiferencia. Miche (su fiel compañera), su hija y la que va en camino, esperan en casa el cargamento de indiferencia.



A instancias de Canetti se presenta en el festival de la canción de Knokke-le-Zoute, centro turístico del brumoso mar del norte, el del famoso pescado fresco. Quedó el último. Algo que lo martirizaría toda la vida... ¡hasta el final! ("La chançon de Jacky", "Knokke-le-Zoute tango"). O sea: había cargado con la familia, dejado su ciudad, depositado su esperanzas en el arte y, de momento, había cosechado un humillante último puesto en un festival provinciano. Fue entonces cuando a la buena de Suzy se le ocurrió lo del bigote. Aquí ocurrió lo contrario que con mis "primos" de Francia, aquellos que consiguieron una cierta notoriedad en el difícil arte de las variedades por la zona de Montpellier. Estoy convencido de que buena parte del éxito, si me permiten la expresión, se debió al bigotillo que el miembro masculino de la pareja añadió al escaso bagaje artístico.

Y es que, la verdad, cualquier radioyente que escuchara "Le haine" con aquellos ridículos arreglos... jamás se hubiera creído en presencia de una promesa, sino de un malogrado, como tantos.

Brel, es claro, aún no había dicho la última palabra.

Poco a poco fue siendo conocido y apreciado. Se fue construyendo como el cuarto vértice: Ferré, Montand, Brassens y Brel. Dejemos a Gainsbourg de lado. Cada cual a lo suyo, pero con un apabullante dominio de la escena. Giras de la mano de Canetti y a la sombra de los grandes, le fueron dando ese estilo patético que tan bien casaba con su físico estrafalario. Llegó a incorporar hasta la pipa, tan de los años en cuestión y fue abandonando sus postulados "humanistas" y cercanos a los "cristianos de base".

...Y en esto... llegó "Quand on n'a que l'amour" (1956). Recibe el premio Charles-Cros y conoce a Jojo que le ayudará a alejarse de sus planteamientos antiores. Y también a Suzanne ("Zizou") y se arroja la semilla de "Ne me quitte pas", "la más hermosa canción de amor de la historia" (¡¡). Esa "historia de un gilipollas" (J.B.) ese "himno a la cobardía de los hombres"(J.B.). Edith Piaf pensó que la humillación era excesiva, Brel, decía, se flagela de forma vergonzosa, como un gilipollas cobarde. Barbara también pensaría algo parecido. Pero, en fín, quien soy yo para meterme en camisa de once varas. A Brel le salió, de donde fuera, una canción hermosísima. Y el resto es silencio. Críticos hay que quieren ver influencias de Lorca o de Dostoievski... por lo de "la sombra de tu perro ". Y hasta de Lope de Vega.




Que no fuera él el primero en grabarla no importa. Lo cierto es que tal día como hoy, del año 1959, entraba en los estudios de la Philips de París. ¡Cuando salió era Jacques Brel!

Y tal día como hoy, del año 1847, en un bar de Pittsburg (Pensilvania naturalmente) se interpreta por primera vez "Oh! Suzanne" de, como saben, Stephen Foster y que, como también saben, no trata de la desolada Zouzou, sino de un enamorado que viaja de Alabama a Luisiana, calzando una chirucas y cantando, sin parar, ese insidioso, creo, estribillo: "Oh! Susana, no llores más por mí...."

-"¿Sombra de tu perro?" "Pittsbourg"...¿Lo ves? ¿Lo ves? ¡Algo tramas!. Y lo de ¡no me quites el pan!...
-¡Calla, Hegel! Creo que la lírica no es lo tuyo.
-¿No? ¿Quién, sino yo, te ha aficionado al lieder alemán? ¿Quien, sino yo...?

Le arrojo un trozo de pan, me mira y se lanza a por él. Se acaba la discusión.

Pongan la canción, la versión original, no la del 72. Observarán que la canción empieza con el sonido de una Onda Martenot. Junto con el Theremin y el Trautonio, constituyen los ancestros del moog y demás sintetizadores contemporáneos. El Theremin es esa máquina que emite ruidos sin que el músico lo toque. El músico se limita a hacer contorsiones y muecas y las antenas del Theremin, una vertical y otra horizontal, va traduciendo esas gilipolladas a sonidos etéreos e intrigantes. Bueno, pongan la canción y escuchen: 17 notas Martenot y ¡sí, en efecto! una frase musical que recuerda (y algo más) el inico del segundo movimiento de la Rapsodia Húngara nº 6 de Listz. Sobre el minuto 3, vuelven las ondas, pero esta vez después de la Rapsodia. Por lo demás, prefiero la versión del 72. Y entre las infinitas realizadas, la de Nina Simone y la de Barbara, ¿por qué no?





3.


"Una mañana del mes de septiembre de 1609, un ruido de cadenas turba al fin este reposo que parecía eterno. Caen unas anclas al fondo del agua. "La Medialuna", enviada por unos mercaderes holandeses a través del Atlántico, acaba de fondear. Su capitán, el inglés Hudson, de pie en el puente de popa, escudriña el horizonte; a babor y a estribor ve el mar hundirse en las tierras: ¿son aquellos unos ríos o es el paso marítimo que busca desde hace tanto tiempo y que, al unir el Atlántico con el Pacífico, le permitirá llegar por fin a la China? Hudson se decide por el brazo de mar del norte. Remonta el río que llevará su nombre y que él cree la verdadera ruta de la seda, objeto de su misión como de todas las exploraciones europeas". A los tres meses está de vuelta. No ha descubierto la ruta de la seda, pero ha abierto un negocio mayúsculo, rascaciélico, diría.

Era el ¡11 de septiembre!. Y así lo cuenta el colaboracionista Paul Morand.










martes, 10 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 10 de septiembre. Sissi. Lucheni.



¡Qué quieren que les diga?...Cuando alguien bautiza a su caballo con el nombre de “Nihilismus” es que (¿) quiere llegar a galope a la NADA. O que va de la nada a la nada, ¡a galope!... O que considera que la NADA recorre el mundo ¡a galope tendido!...O que cabalga la NADA y va hacia la Nada sin nada que oponer.

Y así era.

El nihilismo, como doctrina revolucionaria, no empezó hasta que el populismo revolucionario, siempre esperando el levantamiento de las masas contra la opresión zarista, fracasó. Fue entonces que surgieron grupos de estudiantes e intelectuales radicales que hicieron de la nada su capital político. Kropotkin, Turgueniev, Dostoievski, Písarev, Stirner lo describieron para el gran público. La destrucción de todo, en aras de la libertad individual y de paso, acabar con toda tiranía, hipocresía y artificio. No fue un fenómeno exclusivamente ruso: también Francia, Bélgica, Italia… Nietzsche había desentrañado su doble naturaleza.
Bombas y pistolas…explosiones y tiros pusieron Europa patas arriba. Obreros decepcionados (o desorientados) decidieron hacerse visibles. Los grandes se sintieron, por primera vez, objetivos fáciles y deseables (¿Recuerdan a Alejandro II?). Caza mayor. Y los “nadie” supieron de golpe que podían ser “alguien” y dar un sentido a sus vidas (que, por lo demás, no valían ni un pimiento.)

 Meditar sobre la NADA en ayunas es como disparate 20 cl. de alcohol puro antes del pan con aceite y orégano griegos. Así que, en previsión, me zampo dos tostadas y me pimplo un fifti-fifti  (al 50%, como el nombre indica)…Y antes de que la cosa se complique y me quede anonadado, bajo al Condis a por provisiones: espaguetis y salsa “pesto” (mediodía) y huevos y unas lonchas de jamón ibérico para acompañar el salmorejo de la noche…los tomates son del huerto. Las bebidas me son servidas regularmente.
Pues, miren vds., incluso a estas tempranas horas de la mañana, hay una batería de carritos-tanque en cada una de las bocas. Dicen que la natalidad ha bajado… pero ¡lo que es comer!… ¡no paran!...no paren…no paran… ¡qué gracia! ¿no?
Ya puestos me atrevo hasta con esto: ”AVE  NADA, yo te saludo”… (ADÁN  EVA, yo te saludo)…como origen de todo. La nada (no en sentido gorgiano, sino en el sentido más familiar, de que no hay nada)…como inicio… ¿hay que destruir?... ¡pues se destruye!...



 Tal día como hoy, del año 1898, Lucheni, anarquista (¿), nihilista(¿), un vengador solitario (¿) puso fin, de forma afilada, a la desasosegada vida de La Emperatriz Elisabeth (“Sissi”, para los amigos). Y le proporcionó el reposo que ansiaba.

LUIGI LUCHENI

Todo un milagro que esta NADA saliera a la superficie del océano mundo.

Como era costumbre, a su madre (Luigia Lacchini) se la beneficiaron los “señores” de las casas en las que sirvió. Quedó embarazada y “huyó” (de la deshonra y la necesidad) a París. Tuvo al niño, lo depositó en el hospicio “des Enfants Assistés” y se largó a América, donde se casó con un tabernero.
El niño fue registrado como “Luigi Lucheni”… ¿Qué importaba este pequeño cambio en el nombre de un “nadie”?

Sería largo empezar a relatar todas las penurias de su primera infancia.

…¡Infórmense vds.!...¡Infórmense!..

Cuando le faltaba un mes para cumplir los catorce años, se escapa (largo de contar) a Génova. Sólo en el mundo, con una sola posesión: su fuerza de trabajo. Y con una esperanza: encontrar un trabajo estable.  Trabaja en la construcción de vías aquí y allá…”Te convences de que en tal o cual sitio se ganan algunas liras o algunos céntimos más…Te dicen que en tal o cual sitio el pan, el vino  o las habitaciones son más baratos, o que la gente es más amable con los extranjeros…Pero no es verdad. La mayor parte del tiempo he pasado hambre y frío”…

En busca de ese empleo fijo que le asegure ser alguien, ingresa en el servicio militar (que daba derecho a un empleo estable). Cuando terminó su contrato pidió ese empleo…pero nadie respondió a sus peticiones….¡Así paga el demonio a quien bien le sirve!...El capitán de su regimiento lo tomó como criado, pero al cabo de tres meses, el 1 de abril de 1898, abandonó ese puesto de miseria.

El destino se le iba perfilando. Un amigo le recomienda Suiza (“hay menos obreros y más trabajo”). En primavera, con el deshielo, sigue la ruta de los Alpes: San Gotardo…Ródano…valle del Rin…Ginebra. ¡Un mes andando para mendigar trabajo!... ¿Han visto vds. a capitalistas con fajos de billetes que crucen, desesperados, los Alpes, andando, para ofrecerte trabajo?... ¿Han visto vds. a empresarios que se peleen a muerte por conseguir nuestros  servicios?

¿Cómo debía sentirse Lucheni?... ¿Qué ideas se entretejerían durante su interminable marcha hacia la conquista de la dignidad?... Cuando llegó a Ginebra no estaba para bromas.

En Viena, mientras tanto, aparecía el órgano de la “Secesión”: “Ver Sacrum” (“Consagración de la Primavera”). ¡¡La primavera de Lucheni!!...Lucheni pelándose de frío y comiendo hierbas, mientras en Viena se consagraba la primavera. ¡Un vals para consuelo de este pobre muchacho!... ¿no se consoló Austria de la derrota de Sadova con el “Danubio azul”? ¿no se consoló de la quiebra del 73 con “El murciélago”?...¿Dónde la música que consuele a este pobre NADIE que va, a ciegas, en busca de la posteridad…como Edipo en busca de su perdición?

En Ginebra encuentra trabajo y una “habitación propia”…sin calefacción… ¡pero con llave!. Acudía, para completar la ración, a los locales del Ejército de Salvación y frecuentaba los círculos anarquistas italianos…Nadie, sin embargo lo tomaba en serio. Le llamaban “el tonto”. Hasta la policía lo menostuvo  y lo calificó indolentemente de “no peligroso”. ..¡¡Ya veremos!!

Suiza se convertía en un avispero de “terroristas” y revolucionarios. Era un lugar a tener en cuenta.  ¡Y Lucheni estaba ALLÍ!


ELISABETH (SISSI) EMPERATRIZ DE AUSTRIA-HUNGRÍA.



 Iba para cuñada de emperador, pero, finalmente, fue ella la emperatriz de K.K. Tenía 16 años y Francisco José, 23. Su boda humedeció los corazones de media Europa de entonces y de otra media en los años 50 del siglo XX. 
 
Rara donde las hubiera: Tuberculosis, anorexia-bulimia y un desasosiego que la impulsaba a viajar constantemente… ¡en busca de NADA! Casas y palacios por todas partes, incluyendo Corfú…donde pasaba dos semanas al año…”en donde emulaba la Odisea y hacía trasegar en su yate, a través de Trieste, inmensas cantidades de chocolate”. (J.L.P.)

Se ató al mástil para emular a Odiseo… ¿y para evitar hartarse de helado de violetas (imperiales)?...después pasaba largas temporadas de ayuno: leche y sangre de buey. Y en ese estado de languidez escribía poemas…

Se declaraba “demócrata” y puso, tras larga confrontación, un tutor liberal al que debería haber sido el sucesor de Francisco José: el archiduque Rodolfo. Rodolfo, como saben vds. se “suicidó” en Mayerling…aniquilando la única posibilidad de supervivencia del Imperio.
Las desgracias, como cúmulo-nimbos, se cernían sobre la cabeza de la familia imperial…y descargaban con fuerza: Maximiliano fusilado en Méjico; Rodolfo y Carlos Luis…muertos; Luis Victor, pedófilo, tuvo que exilarse por un asunto turbio de tocamientos en váteres públicos…Sólo quedaba el sobrino que, (como saben vds. era un inútil y un zángano) fue muerto en Sarajevo.

“En mi imperio la desgracia no conoce el ocaso”.

La duquesa d’Alençon, hermana de Elisabeth, murió en el incendio del “Bazar de la caridad de París” a comienzos de mayo de 1897. Ese año la “feria” había introducido una novedad mundana: el cine (¡vaya idea!). El espacio destinado a ejercer la beneficencia y la caridad se había estructurado simulando una vieja calle de París. La hermanitas de la caridad con su típica antorcha en la cabeza volaban solícitas por los puestos del bazar. Cientos de personas (mujeres y niños) se divertían jugando al “juego de la bondad”…De pronto la lámpara del proyector prendió el techo y el fuego se extendió en un “santiamén”: 140 personas murieron y otras muchas tuvieron que ser recuperadas. Las hermanitas, por efecto de su tocado, ascendían entre llamas… En fin, un desastre… que fue motivo de donaciones y muestras de condolencia sin cuento.  La Iglesia de”Nôtre-Dame-de-Consolation” fue edificada cuatro años después en el lugar del hecho: en la Rue Jean Goujon, entre la Avenida  Montaigne y la Vie Pompidour.

 La desgracia perseguía a la emperatriz que huía en su caballo “Nihilismus”… ¡hasta en bicicleta! (acababa de aprender a montar…a los sesenta años). Poco a poco se acercaba a su destino. Ella sabía de la peligrosidad de Suiza y de la pasión regicida de los que allí se escondían. Y aceleraba sus idas y venidas…como las mariposas que se agitan en torno a lo que les causará la muerte. No sentía gran apego por la corte, ni por sus hijos ni, seguramente, por ella misma.

El día 9 de septiembre de 1898, la emperatriz, su dama de compañía, la condesa Sztàray y un séquito de doce personas, llegó (¡de incógnito!) a Prègny, en las afueras de Ginebra. Almorzaron con la baronesa Rothschild, amiga de su difunta hermana. Pese a las advertencias no llevaba escolta. A las tres de la tarde partieron hacia Ginebra. Destino final: Montreux.




Vestida de negro riguroso, se registró en el “Hotel Beau Rivage” bajo el nombre de condesa de Hohenembs. La habitación, de 160 metros cuadrados y con vistas al lago, al Quai de Mont Blanc. Antes de retirarse tuvo tiempo de comprar dulces en su pastelería favorita y algunos regalos para sus nietos.
Si vds. quisieran alquilar esa “suite imperial”, con maravillosas vistas al lago, tendrían que soltar 9.000 euros del ala…sin contar propinas… pero con ¡desayuno incluido!..Ah! ¡y tiene Wifi!
Bueno, Elisabeth YA está dispuesta… en el disparadero. La noche templada de septiembre le empujaría a salir al balcón…la brisa del lago y lo que vendrá le producirían escalofríos.

LUCHENI

En Milán las cosas estaban al rojo vivo. Las malas cosechas y las leyes proteccionistas, habían hecho subir el precio del  grano, martirizando aún más a las clases trabajadoras. Los disturbios provocaron la muerte del hijo de un diputado radical. Detenciones. Huelga general. Jornadas sangrientas del 7 al 10 de mayo. Represión histérica: 100 muertos y 500 heridos. Umberto I condecoró al responsable de la matanza (matanza de Baba-Beccaris). Umberto I era hijo de Victor Manuel de Saboya, ¡PRIMER rey de Italia…! ¡Volem una Catalunya lliure de “gentuza” i feixistes!

Lucheni había encontrado trabajo en Lausana en la construcción del nuevo edificio de Correos y Telégrafos. La sangre le hervía de impotencia: quería matar a Enrique de Orleans, a Umberto I (ya lo matarán dos años después), a cualquiera que “comiera sin trabajar…que comiera del trabajo de otros”.
Era evidente que “el tonto” no era un teórico…pero tenía dos axiomas claros: El trabajo es el origen de la riqueza y la propiedad es un robo. Y un corolario: la violencia, para poner las cosas en su sitio.
El 8 de septiembre envió una postal a su antiguo capitán de regimiento: El muelle del Mont Blanc, justo el embarcadero situado enfrente del “Hotel Beau Rivage”: El escenario del drama.

Lucheni quería matar al de Orleans…pero su viaje se suspendió. Así que cambió de objetivo: la  emperatriz de K.K. estaba de visita en Ginebra. El 7 por la mañana tomó el tren de Lausana a Ginebra y se apostó en la balaustrada del lago, enfrente del Hotel, a esperar lo que hiciera falta. Sus “camaradas” lo habían tanteado…pero no había salido nada en claro…¡¡ahora verían!!...
Pasa las noches estudiando libros de anatomía: ¡no quiere fallar!...por debajo de la clavícula izquierda y un poquito por encima del seno. ¡Deberá recordarlo!


LUCHENI  Y  ELISABETH

Si estuviéramos en Ginebra, nos sentaríamos en la acogedora terraza de restaurante tailandés “Patara”, anejo al Hotel y pediríamos una botella de champán de precio medio: Un “Grande Année” (Brut Blanc) Bollinger 1999: 375 euros…y esperaríamos el desarrollo de los acontecimientos (que no os remediará ni la Virgen de los Remedios, patrona de Ocaña) que acontecerán justo enfrente. Pero como estamos donde estamos, nos conformaremos con el Dry del mediodía y unas olivas sevillanas-sabor anchoa  (Condis)

A las 12 de la mañana del día 10 de septiembre, la comitiva, sin la emperatriz ni su dama de compañía, salen del Hotel en dirección a la estación para coger el tren con destino a Montreux.  Lucheni, vestido de negro (como su víctima) espera desde las primeras luces…No tiene nada más que hacer. Lía cigarrillos sin parar y mira la lima de uñas que, durante tiempo ha ido afilando y a la que ha puesto un puño de madera. Es su única arma. Con esto hará frente al imperio. Y piensa: La realeza no puede ser juzgada…no puede ser declarada inocente o culpable. Su sola existencia es condenable. Los poderosos tienen que morir para que los pobres puedan vivir. No mato a Elisabeth, mato a la emperatriz de K.K. y todo lo que es y simboliza.

Sobre las 13’30 salen del hotel las dos damas. El barco hace sonar el silbato. Salida a las 13’40. Las damas se apresuran a recorrer los doscientos metros que separan el hotel del embarcadero. Lucheni  las sigue decidido y al llegar a ellas, se fijó en la sombrilla, en el traje negro, la miró un instante y le clavó el estilete en el punto justo, no en vano había pasado dos noches estudiando esos tratados de anatomía. Lucheni  pensó estar haciendo justicia.

Elisabeth, 40 kilos, cayó al suelo como una pluma. Rechazó cualquier ayuda, se levantó y continuó hacia el vapor que enseguida se puso en marcha. Mientras tanto Lucheni se dio a la fuga.
 Notaba una molestia punzante en el pecho, pero lo achacó al golpe y la caída recibidos:

--“Pero…¿qué quería ese hombre?
--¿Quién?...¿el portero?”

Ni siquiera en este trance fue “visible” el pobre Lucheni. La mató y ni siquiera se percató de la cara de su matador. Pues ¡ya va siendo hora de que se nos vea!

--¿No habrá querido robarme el reloj?
El tiempo… ¡no el reloj!... ¡eso es lo que te ha robado!

La emperatriz subió al vapor. Y cuando estuvo en cubierta su palidez era definitiva. Se desmayó. La condesa pidió ayuda. La subieron al puente superior para que le diera el aire…le desabrocharon el corpiño, vieron un pequeño rodal, como de una moneda de euro, de sangre y una pequeña y limpia herida-manantial. El capitán, enterado de la identidad de la mujer, volvió a tierra. La condujeron a su habitación del hotel mientras la sangre goteaba en el pericardio. En una hora estuvo lista. Sin dolor…Y todo gracias al gran Lucheni, que se había encomendado a la Virgen de las Maravillas, patrona de Cehegín.

Informe forense:
“Excelente dentición. 1’72 cm de estatura. Herida punzante situada a 14 centímetros de la clavícula izquierda y a 4 por encima del seno; la herida tiene forma de uve que interesa el ventrículo izquierdo del corazón de arriba abajo, pequeño desgarro pulmonar y fractura de la cuarta costilla”
Lucheni se entregó a la policía: no quería ser linchado. Negó cualquier complot organizado y se declaró único (y orgulloso) responsable.

Lombroso declaró que Lucheni  entraba de lleno en la categoría de “epilépticos y criminales puros”.
Lucheni contestó:
“Lamento decirle que Lombroso se equivoca del todo (…) Si las clases dominantes no admiten que están explotando al prójimo, acabarán recibiendo el castigo que se merecen, y que no se ha dictado solamente contra os soberanos, presidentes o ministros, sino contra todos los que oprimen a sus semejantes. Se acerca el día en que los verdaderos filántropos eliminarán a los explotadores. Para construir un mundo nuevo basta con una consigna; sólo quien trabaja tiene derecho a comer”.

Además aseguró

  •          Que tuvo mucho cuidado en no equivocarse de objetivo.  “Que no quería matar a una persona equivocada”.

  •          Que “la mujer no era especialmente hermosa, sino bastante vieja, y el que diga lo contrario miente o está ciego”

  •       “Yo creía haber matado a una persona que vivía en una felicidad insultante”.

  •      “No me arrepiento de nada”


Se le condenó a cadena perpetua (en Suiza no existía la pena de muerte). Él solicita la guillotina…para engrosar los méritos de la anarquía y poder proyectarse al futuro…y no acabar ahorcado en su celda, con su propio cinturón (1910). 



 Francia, sin embargo, mantuvo la guillotina hasta 1977: Hamida Djandoubi (emigrante tunecino) tuvo el honor de ser (tal día como hoy, del año 1977) el último guillotinado: bajo el mandato de Valéry Giscard  d’Estany. Mitterrand la suprimió en 1981.

Elisabeth fue enterrada en la Cripta de los Capuchinos…contra la voluntad, expresada en vida, de ser enterrada en su palacio de Corfú …








RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...