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jueves, 29 de agosto de 2013

Propueta para hoy, 29 de agosto.



“El 28 de julio de 1914, al oír por la ventana abierta-era una calurosa mañana de verano-una voz que anunciaba una edición extraordinaria al grito de “Austria declara la guerra a Serbia”, cerré rápidamente, me senté al borde de la cama y pensé: “Tu felix Austria nube!” Todo se va a romper en mil pedazos, como en una reunión familiar con motivo de la repartición del legado de un estimado pariente que, mientras tanto, agoniza”.

Así fue: TODO SE ROMPIÓ EN PEDAZOS…

             
                                    

                 
O.K. se apuntó voluntario, adelantándose a lo obligatorio.

Habíamos dejado a Alma que, agostada la música y casi comprometida con la arquitectura, se lanza a la conquista de la pintura…después vendrá la poesía y de su propio vientre saldrá la escultura…Una carrera hacia la consecución de todos los “ocho miles” del planeta…¡Una verdadera musa!

O.K. y su Alma se sorben calientes, sin soplar la cuchara…nada pudieron hacer los abanicos…¡vesubianos!...pintados en las fresquitas laderas de los Dolomitas.

Se juntaron el hambre con las ganas de comer.

Mahler vencía después de muerto (como Rodrigo Díaz ). O.K. no quería ni oír hablar del difunto. Alma compaginaba las visitas al taller del pintor con las visitas reposadas a Berlín en busca de un compromiso formal con Gropius y del apaciguamiento de las ansias que O.K. le provocaba…¡a fin de cuentas era la Viuda (Negra)!

Con ánimo de ¿ocultar? las relaciones y con los derechos de autor del difunto, empezaron a construirse una casita en el Semmering (en las afueras de Viena), pero entre incendios, inundaciones e imprudencia de naturalista…la casa nunca pudo ser disfrutada.

¡mal fario!

 O.K. rodeó la chimenea de incendios: ardorosos “frescos” destruidos durante la segunda guerra. Fue por entonces el asunto del aborto (O.K. consideró que se le cercenaba la posibilidad de “autodesarrollo”… ¿Qué les parece?...) y el definitivo comienzo del alejamiento: “Colón encadenado”; “Bach Cantate”; “Oh, eternidad, palabra del trueno”
En esas colecciones (escritos y dibujos) dejó O.K. sus impresiones más profundas de aquellos acontecimientos….Lean vds. “Allos Makar” (en griego: “la felicidad está en otra parte”…que esconde el anagrama de Alma-Oskar):

“Que maravilloso arrebato sentí
Cuando desde el reino de las nieblas…etc…etc”

Y concluye:

“…Los labios ríen a la engañosa paz.
La felicidad está en otra parte”.

A lo anterior se añadió la llegada sorpresiva del busto de Mahler (Rodin) a la que Kokoschka le había negado expresamente la entrada. Todo se iba al garete.

Fue por entonces que Kokoshka pintó uno de sus cuadros emblemáticos y más significativos. Había pintado las paredes de su estudio de negro…para resaltar la luminosidad de la obra en la que estaba sumergido: el naufragio de sus esperanzas.

Trakl, una noche lluviosa, empapado hasta los huesos, vestido de negro (luto por su más que querida hermana), mientras en trance llenaba la estancia de versos oscuros, bautizó el cuadro: “Windsbraut(“la tormenta”…o bien, en traducción literal: “La novia del viento”).


           
               




“…Sobre escollos negruzcos
Se precipita ebrio de muerte
El temporal abrasador”

Poco después moriría de sobredosis en el Hospital Militar de Cracovia…dos días antes de la prometida visita de Wittgenstein, destinado a la vigilancia del Vístula. Tanto Óskar como Trakl…participaron del reparto de la herencia (en vida) del filósofo.

Y en esto toda la burguesía (incluyendo la socialdemocracia) arrastró tras de sí a las masas de trabajadores y se fabricó la guerra!...que se pensaba cosa de semanas.

Loos, siempre al quite, lo recomendó “para el más distinguido regimiento de caballería de la monarquía” dual…Quizá esperara el agradecimiento de Alma.

Los jinetes debían aportar montura y traje decoroso. Por mediación del arquitecto encontró un caballo que mereció la aprobación de la madre de O.K. y que costó justo lo que consiguió con la venta, a un farmacéutico, de “La novia del viento”…Estaba claro que todo se lo llevaba el viento…que se iba, vamos, a tomar viento.

       




 El caballo, todo hay que decirlo, murió, patas arriba, el día de la casi muerte de nuestro pintor.

Con respecto al uniforme, le fue encargado a la afamada sastrería Goldman y Salatsch…la más elegante de la más elegante ciudad europea.

A su madre le dejó en prenda, un collar de rojos abalorios, que ella enterró en la escasa tierra de una maceta.

Y así, con un uniforme colorista, de un corte impecable; sobre un caballo inexperto, pero voluntarioso y tocado con un yelmo lustroso y atávico…partió nuestro desesperado héroe en busca de la muerte…que estuvo a punto de encontrar un mes después de tan fantástica entrada en la Primera Guerra Mundial:

Tal día como hoy, del año 1915, fue herido de gravedad cerca de Luck, en la Galizia austriaca…¡Era un blanco perfecto!...los rusos ya habían aprendido (de los japoneses) el uso de prendas de camuflaje.

No acabo de entender cómo Loos, para quien el ornamento era un delito, permitió que su amigo disimulara la estructura bajo tan incongruente y atrabiliaria superficie.

Mientra tanto Alma, había encontrado en Werfel, el punto medio, virtuoso, entre el fuego y el agua… ¡Y los tres estaban en el frente!...tres frentes abiertos y una sola diosa verdadera.  


 

  
A Alma le gustaban los expresionistas…Incluso Gropius, bajo la máscara racionalista, escondía un alma expresionista…La primera etapa de la Bauhaus (¡nombre arrebatador!), tal como revela el nombre de los “artistas” y “artesanos” contratados, se conforma bajo el espíritu “expresionista”, “interclasista”, “fraternidad universal”, “regeneración de la función por medio de la belleza”…¡hasta la llegada de Moholi-Nagi!...que definitivamente impuso su rigor racionalista  y constructivista.(1923).


Nadie como el mismo O.K. para relatar los hechos…Así que les recomiendo la lectura de “Mi vida” (la de Óscar Kokoshka).


                              





Todo ocurrió entre dos oleadas de perfume de mimosas: en ese intervalo “yo tenía un agujero circular en el cráneo” y una bayoneta (“que cayó por su propio peso”) clavada en el pecho…
Por suerte la práctica de la transfusión sanguínea (incluyendo el asunto de los “grupos”)  y el problema de la coagulación estaban siendo solucionados a ritmo de marcha militar. (Esto, y otros “avances”, inspirados por la Primera Guerra, merecen otra propuesta)




Inevitable pensar en el relato que Apollinaire hace de “su herida”.

Fue trasladado a un hospital de campaña habilitado en Wladimir-Wolhynsk, a unos cuantos kilómetros de Luck. La percepción del tiempo y del espacio, siempre, tan endeble, le falló catastróficamente. Alma se había introducido por el orificio y amenazaba con quedarse eternamente…fue en aquellas semanas agónicas y confusas que concibió, compuso y memorizó “Orpheus und Eurydice”.


                                                                                                                                                









INFORMACIÓN:

Si alguien de vds. es lo suficientemente mayor y desafortunado como para haber hecho la “mili”…recordará el axioma nº uno: Perderás la novia… Así que mientras se le daba por muerto y se recuperaba en un hospital de campaña, Alma aprovechó para entrar en el estudio del pintor, robarle todas las cartas y una buena cantidad de dibujos y pinturas de las que dispuso a su entera discreción. La cosa no se corrigió, cuando se demostró de manera inapelable que no había muerto. ¡¡Para Alma sí!!...


O.K. perteneció al club de los “dados por muertos en vida”, con socios tan significativos como Baudelaire





 En otoño fue trasladado al Hospital de Viena…Y fue a recoger la “prenda” roja. Allí estaba, alimentando pensamientos y caléndulas. Fue cogerla y sentirse curado. Sin embargo tuvo que permanece varias semanas más en el Hospital de Viena.



Allí se enteró de la boda de Alma y Gropius (18 de agosto del 15).  Su hija “Manon” nació el 5 de octubre del 16. Gropius estaba en el frente…pero pidió al coleccionista Reininghaus, que dejara a Alma, “a título de compra”, el cuadro “Sol de medianoche” del “otro que tal” Munch…

        






La “gripe española” completaba la escabachina.  
                            
Descartada la posibilidad de que lo volvieran enviar al frente, se empleó en evitar un puesto burocrático que hubiera significado un palo en las ruedas del carro de las potencias centrales. Así que se prestó a acompañar a Italia a un grupo de “corresponsales”, artistas  y demás…y, cuando acabó la misión se encuadró en una división húngara de donde salió, de milagro, con sólo un shock, provocado por una explosión que, incomprensiblemente, arruinó la capilla en la que se encontraba. Él salió “ileso”…¡Iluso!...”…Hospital militar y vuelta al Hospital de Viena.

Días de asueto en Berlín. Vuelta a Viena, pasando por Dresde (por asuntos oficiales) y allí ocurrió algo interesante y digno de mención. En Dresde lo esperaba el Dr. Fritz Neuberger, que lo arregló todo para que Dresde se convirtiera en  el “final del viaje”.

Éste Dr. hizo una predicción espeluznante:

“Debe ser una patraña, pero el caso es que en los círculos de la industria química corre el rumor de que, debido a la alarmante escasez de grasas en Alemania (¿y en los otros lugares?), se está considerando la posibilidad de fabricar jabón con los cadáveres de los muertos en el frente”.

La “estancia” en Dresde no fue gratuita. A las pocas semanas es urgido a acudir a Estocolmo donde el Dr. Bárány, a quien se le concedió el Nobel de Medicina
(cuestiones relacionadas con accidentes cerebrales…vértigos…oído…) estando en un campo de prisioneros en Rusia y que había aceptado una cátedra en Upsala, le reclama para contrastar algunas de sus suposiciones y teorías.

También en este aspecto la guerra fue un “acicate”: lesiones cerebrales, cirugía
 estética, neurosis de guerra…Hizo falta una Segunda Guerra para que las cosas
 avanzaran.

Vuelta a Dresde, con parada en Berlín, YA completamente inútil para la guerra.

Mientras tanto el Dr. Neuberger, que también había estado ausente, vuelve a Dresde…

¿Dónde había estado el Dr.?...Pues ni más ni menos que “participando en una misión secreta en connivencia con el cuartel general alemán, es más, con el propio Ludendorff: la misión había consistido en sacar a Lenin de Suiza en un vehículo blindado, y, a través de Alemania, introducirlo clandestinamente en Rusia.”

Han de saber vds. que la historia de la muñeca “de tamaño natural”, con los rasgos de Alma, que O.K. mandó fabricar…fue un broma con la que se despidió del mal rollo.

Habló con fabricantes especializados…compró vestidos y ropa interior parisina y se dispuso a esperar su llegada. Llegó como había llegado la mascarillas de Mahler, en una caja, envuelta en virutas de madera. Fue subida (vivía en la casa del Dr. Posse) por dos colosos. “La silenciosa”, azul Prusia…pasaba las tardes tumbada en el diván, como en un fumadero. Mientras tanto corrían rumores sobre la extraña locura del pintor.


 


Era verdaderamente horripilante…”un saco de patatas” (así se le había presentado SIEMPRE Alma a su “suegra”). O.K. intentó resucitar a su Eurídice…pero su presencia se le hizo insoportable…y decidió devolverla al no-ser.
                

Hartos de su silencio. Tras una noche de farra, la decapitó y roció el corte con vino de Burdeos (de contrabando). Al día siguiente se presentó la policía dispuesta a detener a quien fuera…se conformaron con una denuncia por escándalo público.

El camión de la basura (kaurismaki) hizo su cometido.  




 Posteriores intentos de encontrarse fueron frustados por esa visión horrenda…y por la tajante oposición de su madre que, revólver en mano se fue pa ella

Alguna carta en aniversarios capitales…pero TODO HABÍA ACABADO.




















miércoles, 28 de agosto de 2013

Propuesta para hoy, día 28 de agosto. Toro "embolat". Albalat dels sorells. Varios.



(Los asteriscos remiten a razones efemerísticas)

Aquello de que “más cornadas da el hambre” será verdadero en todo el universo-mundo menos el Albalat dels sorells y alrededores. Allí las cornadas las dan astados que toman venganza (inútil y desesperada). Vengan al “toro de Tordesillas” y a los demás compañeros que mueren sin consuelo en los más diversos y siniestros cosos de la cristiandad. Mueren igualmente, y, a veces, de forma afrentosa, pero se llevan por delante lo que pueden. Por ellos este fifti-fifti de “soberano” y estas hermosas tajadas de pan con aceite y oréganos griegos.

¡¡Que vivan los toros!!



Lo que paso a relatar ocurrió el sábado pasado, pero ha salido publicado hoy en las hojas que suelo leer. Así que consideren vds. que la efeméride es adecuada. Por lo demás… ¡tanto da!

Al atardecer de los últimos días de agosto, en Albalat sueltan los toros para que recorran el pueblo a su antojo. Cierran calles, aseguran puertas…pero siempre hay bromistas. La juventud se divierte “embolando” a las reses y puteándolas hasta la desesperación. Cómo el tábano que perseguía a la hermosa y delicada Io. No son dioses, sin embargo, son enfermos, que acuden al llamado del sufrimiento ajeno.



Una octogenaria (o nonagenaria) sorda, naturalmente, pasaba la tarde viendo el festejo retransmitido por la televisión local. Hacía un calor pegajoso. La vieja vestía un viso, como un “peplo” de esclava. Calzaba zapatillas de felpa a cuadros escoceses. Sobre el regazo “La ciudad de Dios” de san Agustín (*), a la que era aficionada en grado sumo. El santo escribió ese memorial mientras los “bárbaros de norte” reducían a cenizas la ciudad de Cartago (¡otra vez!). Así, la anciana leía y miraba la pantalla mientras los salvajes laceraban rumiantes. Su marido nonagenario (u octogenario) había salido a participar del sacrificio, aunque fuera desde detrás de las seguras puertas del bar de la plaza. Su participación era “crítica”, para el octogenario (o nonagenario), imbuido como estaba por el “iusnaturalismo inmanentista” de Grocio (*). Defendía con temblor de jubilado en su tramo final, la existencia de normas mínimas naturales de convivencia, incluso en lo tocante a la vida animal. Por lo demás, como es natural, consideraba como ejemplo claro de guerra injusta, la acometida contra los astados. Los abuelos escuchaban, pero no oían (no podían). Albalat dels sorells, gracias a estas dos lumbreras agonizantes, se ha labrado un nombre en la lista de “pueblos de interés cultural”.

El cameraman, “freelance” de la época dorada del Serengueti y, en especial, aficionado a las locas correrías de los ñus, se había, en su declive, especializado en cuartos traseros de astados “embolats”. Los perseguía por los callejones y en sus difíciles e imprevisibles incursiones domiciliarias. Así, la tarde del viernes, siguió la marcha frenética, pero decidida, de un bóvido acochinado y avisado, que ascendía las escaleras estrechas de una casa de vecinos, incendiando la vegetación de papel pintado. 

La nonagenaria (u octogenaria) seguía, conteniendo la respiración, el movimiento presagioso y tenso de las nalgas del cornúpeta. Vio como embestía contra una puerta que le resultó familiar y vio, como si de las Meninas se tratara, la reproducción de su codiciada “pintura” de los lobos atacando a los ciervos. Se vio, asimismo, a sí misma, en la tersura del plasma de 40 pulgadas. Y fue justo en el momento en el que el rumiante alanceaba el sillón-masajeador, cuando se vio, de forma nítida, una octagenaria (o nonagenaria) volar por el espacio escaso de la sala de estar. Flotaba sobre bolas de fuego. Vestía un peplo de esclava y ropa interior como bolsas del condis (de las grandes). Y en su inestable mente se fundieron con brusquedad la realidad real y la realidad virtual. 



El octagenario (o nonagenario), declaró injusta la guerra del rumiante contra su querida y antigua compañera nonagenaria (u octogenaria), con quien había superado las telúricas “afinidades electivas” (*). Apuró la mistela y cayó de rodillas. Otra cosa no pudo hacer. El abuelo explicaba a quien quisiera oírlo y a quien no, que la reproducción no era tal, sino que se trataba de un auténtico Sumanovic (*), a quien conoció en su época de miliciano antifascista por tierras serbias. La audiencia ni asintió ni negó.













El toro olió los cuartos traseros que ocupaban las cuarenta pulgadas. Y se giró desencantado. Una cara inconfundible de toro miró al cameraman  y un primer plano escalofriante se enseñoreó de todas las pantallas del pueblo. Fue el momento de gloria. El clímax. El “freelance”, arrojó la cámara, siguió un plano vertiginoso y, finalmente, un negro profundo y definitivo. El cineasta fue atendido en el CAP de la localidad. La abuela necesitó las atenciones de un centro médico de más envergadura.




Comparen vds:

·         “Sí, los periódicos tienen razón. Hay nieve por toda Irlanda. Cayendo en cada trozo de la llanura central y en las colinas sin árboles, suavemente sobre los pantanos de Alen, y más lejos, hacía el oeste, cayendo suavemente sobre las olas oscuras, rebeldes y superficiales. Uno a uno, nos vamos convirtiendo en sombras. Mejor pasar valientemente a ese otro mundo, en la plena gloria de una pasión que apagarse y marchitarse tristemente con la edad. ¿Cuánto tiempo has guardado en tu corazón la imagen de los ojos de tu amado diciéndote que no deseaba vivir? Yo nunca he sentido algo así por alguna mujer, pero sé que tal sentimiento debe ser amor. Piensa en todos los que alguna vez han vivido desde el principio de los tiempos, y en mí, transeúnte como ellos, entrando también en su mundo gris, como todo lo que me rodea. Este mundo sólido en el que ellos se criaron y vivieron, se desmorona y se disuelve. La nieve cae, cae sobre ese solitario cementerio donde Michael Furey está enterrado. Cae débilmente sobre el universo y cae débilmente como en el declive de su último final, sobre todos los vivos y los muertos”


·         “Sí, los periódicos tenían razón: la nieve se extendía por toda Irlanada. Estaba cayendo por todas partes en la oscura llanura central, sobre las colinas sin árboles, cayendo suavemente sobre el pantano cenagoso de Allen y, más hacia el oeste, cayendo para unirse a las olas de las sombrías y rebeldes aguas del río Shannon. Caía también sobre el desolado cementerio, donde estaba enterrado Michael Furey. Se posaba, espesa, sobre las cruces y lápidas torcidas, sobre los barrotes de la verja, sobre los yermos espinos. Su alma se fue desvaneciendo poco a poco mientras oía el ruido de la nieve cayendo levemente sobre el universo y cayendo levemente también, como el descenso de su final postrero, sobre los vivos y los muertos”


                                            ¡¡Por Huston (*) y la señorita Lili!!

RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...