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sábado, 27 de abril de 2013

Propuesta para hoy, día 27 de abril. "Cadmo y harmonía". Gramsci. Mussolini. Crane



Asteriscos (*) remiten a razones efimerísticas. 

I


Estaba deseando levantarme… ¡por escuchar la Tragedia lirico-musical: “Cadmo y Harmonía”! de Lully. 



  
En la acogedora playa de Sidón, al sur del puerto actual, hace muchísimas generaciones, un toro blanco, con cuernos tiernos como espárragos, confundido con otros de su especie, imitaba el zureo de las tórtolas y miraba con ojos lastimosos a la bella Europa que recogía rosas, azafranes, violetas, iris, jacintos, narcisos, tomillo, menta, espliego…y los ponía en la tierna boca del bóvido. Y cuando el rumiante ya no pudo contener en su cuero la gran cantidad de amor que segregaba, se acercó a la doncella y le tatareó al oído el “Para Elisa” (*)…que en realidad es “Para Teresa” (como Beethoven estaba sordo sus sentimientos se confundían...Bien podría haber sido “Para Europa”!) La estirpe de Europa, proveniente de Argos, sabía de toros, de raptos y de huídas. Ella, sin embargo, estaba encantada por/con esta delicada res. El toro “divino” la invitó a subir a su grupa. La niña subió confiada, como a un tiovivo. El toro en cuanto sintió el esponjoso cuerpo, corrió hacia el mar y se adentró en el piélago. Europa miró hacia atrás y se despidió de su tierra natal. Las otras reses se quedaron de piedra, como las de Guisando. ¡Adiós cedros del Líbano! ¡Adiós aretes de malaquita! …¡perfumada mirra! ¡dulcísimos higos…adiós…!

Angelópoulos (*), de impropia muerte, rodaba meticulosamente el crecimiento de la hierba y el surgimiento de los colores.
Carlos Castañeda (*), disfrazado de don Juan (Matus), recogía primaverales setas y caca de vaca donde crecen y se fortalecen hongos psilocibios.por lo demás… ¡un farsante! 
Infórmense Ustedes del destino de su harén. Infórmense.
Y Messiaens (*) registraba el canto de los pájaros, para someterlo a las “ondas Martenot”.

Como ven fue una escena multitudinaria. Sin contar los pintores que apostados en los recovecos más insospechados medían con el pulgar las dimensiones del acontecimiento; ni a Homero, ni a Herodoto, ni a Ovidio… que tomaban nota del suceso. Jamás un episodio de la historia ha estado tan bien documentado. 
Ya en Creta, yació con ella y sembró la semilla de las infelices Fedra y Ariadna. Ella, sin embargo, se desvaneció euridicianamente.

Mediten vds, si quieren, sobre estos raptos y sobre la naturaleza de Europa.


 


Tal día como hoy, del año 1932, Hart Crane viajaba también en un barco, de Méjico a Estados Unidos. Su gusto homosexual le impulsó a intentar una aventura con un rudo marinero. El rudo marinero demostró ser, además, villano y cobarde. Dio aviso a la manada y le rompieron la cara. Sin perder la compostura se levantó, se quitó la chaqueta, la dobló cuidadosamente y la depositó (como a mí mis Custodios) en el suelo de cubierta. Miró alrededor y dirigiéndose a todo el que quisiera oírle, clamó: “¡Adiós a todos!” Y se lanzó al agua. En pleno Golfo de Méjico: donde habrán más cadáveres de poetas que en el Wannsee berlinés.

“(…) Bajo la sombra de tus pilares esperé;
sólo en la oscuridad tu sombra es clara.
Los iluminados bloques urbanos se han borrado,
ya la nieve sepulta todo un año de hierro…

Insomne como el río que pasa debajo de ti,
tú que abovedas el mar, hierba que sueña en las praderas,
ven a nosotros, los humildes, baja
y con tu curvatura ofrece un mito a Dios (…)”

Tomando como símbolo el puente de Brooklin, intentó la última utopía americana.
Su padre había alcanzado la fama por ser el inventor del “salvavidas”.
Jasper John: “Periscope”, “Diver”.
Copland: "Appalachian Spring"



Cadmo y los demás hermanos (de Europa) fueron en su búsqueda y, de paso, a repartir toponímicos. Ya su bisabuela había puesto nombre al “Jónico” y al “Bósforo”: venía de familia.

Muerta su madre, se dirigió a Delfos para interesarse por el paradero de su hermana. La Pitia le aconsejó que abandonara la búsqueda, que siguiera a una vaca y que creara una ciudad donde el animal desfalleciera. La pobre vaca se desplomó en un páramo polvoriento, inadecuado para morir, pues ya la muerte es lo suficientemente árida: Tebas.
Para el necesario sacrificio a Atenea, envió a sus compañeros a por agua lustral de la “Fuenta de Ares” (después “Castalia”). La Pitón devoró a la mayoría. Cadmo se vengó y la hizo rodajas. Por si acaso, le aplastó la cabeza con una piedra, le sacó los dientes y, siguiendo órdenes de la diosa, los plantó…a la espera del “ratoncito Pérez”. Surgió un linaje de los “Hombres Sembrados”, de los cuales, tras una reyerta intestina, quedaron cinco…¡pero que cinco!

Ares, disgustado, condenó a Cadmo a la esclavitud. Tras ocho años, Atenea le dio las tierras de Beocia y construyeron la Acrópolis de Tebas. Se casó con Harmonía, hija de Afrodita y Ares (“amor” y “guerra”). Fue la primera boda de mortales a la que asistieron los doce dioses. Allí, en lo que ahora es la plaza del mercado, debajo de los plátanos, asaron corderos y bebieron retsina durante días. Los regalos fueron incontables, entre ellos el infausto “collar de Harmonía”, regalo de Zeus a Europa. Hera lanzó cuchillos contra su inconstante hermano. Hermes divirtió a la concurrencia con un repertorio de juegos de manos. Poseidón asombraba a sus pares pinchando un cordero entero con su fabuloso tridente…Y así, cada cual hizo lo que le vino en gana. 
Cadmo y Harmonía acabaron, tras dar cumplimiento a las predicciones de Dioniso, como serpientes negras con motas azules (otros dicen que como leones) y Zeus los envió a las islas Bienaventuradas.
La constelación de “Tauro” (con Aldebarán y las Pléyades) es un recuerdo de toda esta saga “taurina”. Aprovechen los últimos días de abril para verla. Miren hacia el Oeste, adonde “Perseo”…rozando el horizonte. Dentro de unos días habrá desaparecido.

Digo yo que falta en el cielo una constelación dedicada a Pastorita Núñez (*). La colocaría junto a “Tauro”…y las uniría con una tenue cinta de estrellas.

Pues bien tal día como hoy, del año 1673, se estrenó, en París, “Cadmo y Harmonía” (“Tragedia lírica-musical” a la francesa, sin patatas, y con un bajo continuo sosteniendo los recitativos; a más de su correspondiente “obertura”).

Sin darme cuenta he rebasado la “Chiricciana hora” y la cosa va de mal en peor. La propuesta de hoy es un naufragio en toda regla: ¿dos páginas para comunicar que tal día como hoy se estrenó una ópera mediocre?...sin desayunar y sin pimplar. 
II

En donde arranca la romana Via Ostiense, escenario de la última cena de Pasolini, se encuentra el “Cementerio no católico”. Allí, en compañía de Gadda, de Keats…reposan las cenizas de Gramsci:

“Un trapo rojo como el que llevan
enrollado al cuello los partisanos,
 y cerca de la urna, sobre el terreno

amarillento, diversamente rojos
dos geranios. Allí estás tú, proscrito
y con dura elegancia no católica,

catalogado entre muertos extraños:
Las cenizas de Gramsci…(…)”













Al amanecer del 27 de abril  del año 1937, se apagó, entre dolores y extrañas enfermedades, la vida del completamente “deforme” Gramsci: Abandonado por el Partido y por la Internacional. Había pasado 11 años en cárceles fascistas: Cuando Mussolini lo liberó (R. Rolland, Barbusse) ya sólo le faltaba una respiración y se le escapó en el Hospital. Fue incinerado en el “cementerio de Verano” en presencia de una escasa concurrencia: su hermano Carlo y su querida cuñada, Tatiana. Después fueron trasladas al “cementerio no católico”.

Así como Lenin actualizó y completó a Marx; Gramsci adapta Lenin a las necesidades de la “guerra de posición” propia del capitalismo desarrollado. Fundador, con otros (“Ordine Nuovo”), del PCI  y su máximo responsable tras el atentado de Bolonia, se opuso (aunque se calló) a las directrices maximalistas de Bordiga; denunció el auge de la burocracia estalinista; Se opuso a la decisión de expulsar a Trotsky (y a su “Revolución permanente”, sin entenderla por completo); al giro “clase contra clase” propiciado por la Internacional en el 29; a la táctica “frentista”; a los procesos de Moscú; disintió del “espontaneísmo” de Rosa Luxemburgo, de la visión burocrática de Togiatti y de todos aquellos que amparados en la necesidad histórica, se escudaron en el “infantilismo” para favorecer, finalmente la pasividad de la clase obrera y su sensación de impotencia.

No cabe mayor injusticia que hacer de Gramsci el avalador de los “compromisos históricos”, malinterpretando voluntariamente su concepción de “Bloque histórico”.  O convertirlo en el adalid de una “filosofía marxista”, independizada de la práctica concreta, como si aquella fuera realmente una lucha de clases “en la teoría” (Althusser). O arrancarle el vigor y la eficacia convirtiéndolo en un luchador de las “superestructuras”, en un idealista croceano convencido de que la revolución será posible mediante cambios “culturales” o, los menos, simplemente ganando la “hegemonía” en el terreno cultural. Nada más injusto. Gramsci nunca perdió de vista la necesidad del momento coercitivo. Así como la burguesía domina por la fuerza y por los “aparatos”, el movimiento revolucionario ha de dar batalla en los dos frentes: en la producción y en la cultura (papel de los intelectuales) sin olvidar que el momento final, el enfrentamiento es INEVITABLE. Lo único cierto es la lucha. El resultado es incierto. La socialdemocracia piensa al revés: el socialismo caerá como fruto maduro, tras años de reformas y correcciones. Y otros (Althusser) que es inútil, por ineficaz, cualquier intervención en lo superestructural mientras no se haya desplazado a la burguesía del poder económico y político.

Su análisis del fascismo se tornó certero, tras unos primeros análisis precipitados. Previó, contra la opinión de la mayoría, la posibilidad de un golpe fascista, basándose en una caracterización terriblemente acertada de la pequeña burguesía…”llena de veneno antiobrero”, en la que, a veces, resuena Reich.

La pequeña burguesía es ese escudo de la humanidad corrompida, disoluta, servil, abyecta, podrida con el cual el capitalismo defiende su poder económico y político.
“Ese pueblo de simios, que cree ser superior a los demás pueblos de la jungla y poseer toda la inteligencia, toda la intuición, todo el espíritu revolucionario, toda la ciencia del poder”.



 
La pequeña burguesía, aunque ha perdido la esperanza de reconquistar una función productiva, intenta por todos los medios conservar una posición de iniciativa histórica; por eso “imita a la clase obrera y sale a la calle” (….) ávida de poseer, llena de odio antiobrero, profundamente conservadora, fanfarrones, escépticos, corrompidos. Precisamente esta clase antes del fascismo, se había insertado en la institución parlamentaria, transformándola de “organismo de control de la burguesía sobre la administración pública  en “tienducha de chismorreo y de escándalos, para hacer una vida parasitaria. Después de someterse al poder gubernamental, se convierte al antiparlamentarismo, abandona la constitución buscando la corrupción”.
 
“Después de arruinar el parlamento, está arruinando el estado burgués: en un mezcla cada vez más vasta, reemplaza la autoridad de la ley por la violencia privada, ejerciendo (y no puede dejar de hacerlo) esa violencia de una manera caótica, brutal y levantando contra el estado a  cada vez más importantes capas de la población” (…) ”Sólo una insurrección de las grandes masas puede destrozar un desborde reaccionario”.

Para levantar el día nada mejor que alzar el vuelo. Mis Custodios acuden en mi ayuda. Les propongo un viaje a su país: al lago di Como.
--¡Estupendo!
--¿Podremos sobrevolar Florencia?

En un plis-plas nos plantamos en “Giuliano de Mezzegra”,  al sur de Dongo. Aterrizamos con esmero evitando a los beatos que salen de misa de doce. Brota un alboroto, como un géiser: ¡ángeles! ¡ángeles!...Pero mis Ángeles pertenecen a otro cielo. Me depositan delicadamente  y se desvanecen euridicianamente. Olor a alelíes del más allá. Sólo los perros reconocen el perfume y mueven la cola de contento.

Me dirijo a la plaza en la que nace “la Via XXIV de Maggio”. Entro en bar “Centrale”:
--Buongiorno!
--Grrr.
-- Sírvame una grappa, prego!
--Grrr.
--¿Sabe por dónde para la Via Belmonte?
--¡Cuántas veces tengo que decirle que aquí no hay ninguna Via Belmonte!
--¡Con una me basta!  La grappa es una mierda, con perdón. Me la pimplo con mi prodigioso giro de muñeca y golpeo el travertino con los nudillos, en plan Jerez: 4 euros…¡ni más ni menos!
Subo por la “XXIV de maggio”. A la izquierda sale un camino que conduce a la “Trattoria del Rissorgimento” (nombre apropiado para recordar a Gramsci). Pido unos espaguetis a la putanesca y una botella de vino de Chianti (por mis Ángeles). 




Exactamente 8 años más tarde de que Gramsci muriera, y exactamente a la misma hora, unos partisanos retienen, en Dongo, un convoy alemán que se dirige a Suiza. Negocian: les dejan pasar si entregan a los italianos del convoy. Pasan horas. Por la tarde alguien reconoce a Mussolini y por la noche Sandro Pertini, Presidente del Comité de Liberación Nacional, ya está dando la noticia por la radio. Mussolini vagaba enloquecido, como la abuela o bisabuela de Europa, “Io”. No sabía si ir a Suiza, hacerse fuerte en el norte de Italia o suicidarse y acabar con su ofensiva vida. Clara Petacci y su hermano Marcello lo acompañan. La noche la pasa, custodiado, en una casa de labranza de la zona y por la mañana (28 de abril) es conducido en un Fiat 1100 a Giuliano de Mezzegra. Allí (aquí) en la calle “XXIV de Maggio” es fusilado sin contemplaciones.

Y pensar que durante años Gramsci y Mussolini compartieron partido y revistas. Incluso el primero admiró al segundo por su radicalismo y valentía (temeridad y chulería)…. Y pensar que a Mussolini le salía el socialismo a borbotones de cada uno de los tres nombres que le fueron impuestos: Benito (Juárez) Almilcare (Cipriani) Andrea (Costa)…Fue expulsado de Suiza, encarcelado e, incluso ayudó a su padre en la Trattoría que montó en Forli: “Il bersagliere” (¡¡el francotirador!!). Cuando comenzó la Gran Guerra fue expulsado del PSI por su nacionalismo furioso. 
Ya saben Vds. lo que siguió: parecido al austríaco, pero con éxito repentino. Herida de guerra; fundación de los “Fasci”; lo convierte en el “partido fascista”; marcha sobre Roma y, rápido, pero sin pausa, se hace con el poder del estado que empleará para masacrar al movimiento obrero y  a todos sus oponentes. También intentó alguna conquista.

El cuerpo fue conducido discretamente a Milán, en donde la discreción se evaporó. Fue (fueron) colgado de los pies en la plaza de Loreto, escenario de ahorcamientos contrarios. Descolgado, lo patearon hasta dejarlo ABSOLUTAMENTE  irreconocible. No merece la pena ver las fotografías, pues la “crueldad”, aunque comprendida, resulta un grumo difícil de digerir. Hitler dejó escrito que quemaran su (s) cadáver (es).

La Razón Efemerística te da sorpresas…

Los espaguetis estaban valientes…sudor frío…lágrimas. Le pido al amable mesonero que me sirva una frasca de grappa casera… ¡fría!... Poco a poco todo vuelve a la normalidad.
La última luz del día se refleja en las tranquilas aguas del lago. Ligerísimo rumor de ondas rompiendo en la escollera… (que imagino repleta a rebosar de pescadores domingueros y esposas destartaladas paseando seres antojadizos).

Pago. En la plaza me esperan mis Ángeles sumergidos en una encrespada conversación sobre la “Liga Norte”. Les reprochan, además, ser naturales de la “Via del Corno”… ¡Si estuviera Maciste!...¡¡Ay, los fascistas!!

--Hala, ¡a casa!...y sin perfumar. Esta gente no merece vuestros efluvios…
--¿Y los perros? ¡no moverán el rabo!
--Bueno…pues ¡que perfume una sola!

………………………………..Bona nit……………………………….












viernes, 26 de abril de 2013

Propuesta para hoy, día 26 de abril. “La Marsellesa”. “El Proceso. Kafka”. Guernika.



A los seres humanos les da por cantar, por bailar, o por cantar y bailar a la primera de cambio. De tal
manera que bien se pudo afirmar que una vida sin música no merecía ser vivida…¡Tampoco una muerte ser “muerta”! La música acompaña al humano desde la cuna…(qué digo desde la cuna ¡desde antes de nacer! una pulsación acompañada de ruido como de cañerías de terciopelo acompaña nuestro tránsito del no ser al ser) hasta la sepultura, a la que somos conducidos por el  "Cant dels ocels”, si estamos en posesión de la cruz de Sant Jordi o por la trompeta de Roy Etzel ( o Rudy Ventura), si nuestra cruz es otra.

Siendo como es omnipresente, es absolutamente necesaria cuando vamos a matar (o a morir) en grupo, en manada. De ahí que los ángeles, arcángeles, querubines y otras jerarquías celestes, soplen instrumentos en la ultimísima hora. ¿Qué “Juicio Final” sería sin esa balkánica fanfarria?




Tal día como hoy, del año 1792, Rouget de L’Isle recibe el “encargo” de componer un himno de batalla a la altura de la recentísimamente declarada guerra contra los Habsburgo…¡Y no sería por estar falto de ellos! Toda la historia de Francia puede ser escrita siguiendo el rastro de las canciones militares, como, por otra parte, la de cualquier país, nación, estado, que se precie. Pero todas adolecían de algo. Ninguna era redonda: “Ça ira” era demasiado maleable y había servido para un roto y un descosido y “La Carmagnole” (por citar las dos más populares), aunque de procedencia claramente obrera, su naturaleza bailable propiciaba el olvido de lo esencial: matar o ser muerto. Ninguna de las dos servía para reclutar la abundante mano de obra que exigía la guerra en ciernes… ¡¡algo nuevo, patriótico, que elevara La Nación al empíreo y que dejara bien a las claras la manadil naturaleza de los contendientes!!...

Ya saben vds. mi gusto por rememorar en el lugar adecuado, pero puesto que el “Marsella” lo abren a las 10 de la noche, el “Pastís” a las 7 y pico y el “Absenta” (¡el de la Barceloneta!) al medio día, me quedaré en casa soplando “ouzo” (de la familia) tan ricamente.

El 25 de abril llegó a Estrasburgo la noticia de la guerra, la noticia corría a 95 kilómetros por día (¡!). En cuanto entró por los conductos auditivos del señor alcalde, le faltó tiempo para organizar una cena y comunicar la nueva a las fuerzas vivas (de momento). Entre ellos se encontraba: Claude-Joseph Rouget de L’Isle, capitán de ingenieros de 32 años, a más de versificador y tocado por la mano de Orfeo. Se habló de la escasez de buenos himnos de batalla y de las limitaciones de los citados, así como de la imposibilidad de convocar un concurso público. Así que el alcalde, a dedo, encargó al poeta la patriótica tarea de componer ese himno que, a todas luces, se echaba en falta.

Se disolvió (euridicianamente) el cónclave. Rouget de camino a casa (Rue Mésange), tomó una copita en chez Artzner (¡apellido alemán!) y allí mismo se le plantó el escólex de la pieza: “Allons, enfant!...que tengo prisa!...¿Allons enfants?...¿Allons enfants?...Se pimpló el calvados con un movimiento ágil de muñeca, dejó una moneda sobre el mármol y salió volando, con las alas que la futura gloria le prestó.

Aux armes”, ya le sonaba por haber sido usado por el club jacobino de la localidad.

Enfants de la patrie”, designaba a los batallones de voluntarios, el local incluido.

Eso de la sangre impura inundando los surcos de la patria, venía de la guerra de los Siete Años.

En fin, que la letra estaba hilvanada. Y en sueños le vino el vigoroso “andante presto”.  A la mañana siguiente se levantó temprano. Pasó por el Louis Vuitton de la calle, se compró un chaleco de entretiempo y una estupenda bolsa de viaje… ¡por si las moscas! y se dedicó a recorrer todas las tascas de la localidad para celebrar el hallazgo. Cuando por la noche volvieron a reunirse, estaba borracho como una cuba; dijo, sin embargo, que era efecto emocional. El aliento lo delató.

El alcalde, acompañado al clavicémbalo por su sobrina Louise, cantó, voz en grito, lo que había surgido en la quietud del sueño. El “efecto fue inmediato y perdurable”: por primera vez se oía el “Himno de batalla para el ejército del Rin”. ¡Hasta Brassens se habría sentido conmovido!
 Rouget se había dormido. Adagio molto  silenzioso.





Bueno, es el momento de poner en el esputofaif los tres himnos y comparar los efectos, de abandonar el traicionero “ouzo” y de lanzarse a las procelosas aguas del condis a por pescado para una estupenda “bullabesa” (semejante a la caldeirada, a la psarosupa, al cioppino, al suquet de peix…¡pero de Marsella!). 

Fácil: Ajos, cebollas, pescado de roca (prohibida la lubina, el besugo y la langosta), mejillones, aceite de oliva, azafrán, sal, pimienta y agua. Pimientos rojos (asados) para la salsa.


  • 1.       En una gran cazuela, rehogar ajo y cebolla picada con aceite de oliva. Incorporar los tomates pelados y sin pepitas (¿cómo lo harán?), hierbas provenzales y las cabezas de los pescados. Añadir 4 litros de agua caliente y salpimentar. Dejar hervir suavemente durante 30 minutos.



  • 2.     Colar el caldo y volver a ponerlo a fuego. Incorporar el azafrán y lo que quede de los pescados. Cocer 10 minutos. Echar los mejillones. Dejar 5 minutos más. Naturalmente que pueden echar, además, algún otro pescado más digno.



  • 3.    Para la salsa, remojar el pan en un poco de caldo. Escurrir y triturarlo con ajo picado, los pimientos escurridos y sal. Añadir el aceite poco a poco como si fuera una mayonesa y alargar si fuera necesario con un poco de caldo.



  • 4.      El caldo se va vertiendo sobre tostadas de pan untado con la salsa (“rouille”). El pescado lo ponemos en plato.



  • 5.       Tendremos sopa para una semana.



  • 6.    Riéguenlo con un Clos Mireille 2011, botella magnum, a partir de uvas, para nosotros exóticas, “Sémillion” et “Ugni blanc”.


Fue durante el verano, cuando los voluntarios marselleses acudieron en ayuda de los radicales parisinos en la lucha final contra la monarquía, que este himno empezó a conocerse como “La Marsellesa”. La cantaron durante todo el camino…Dos días tardaron en llegar…¡a tiempo para participar en el asalto a las Tullerías!...y posar para Rude.

Ya en París: ¡que suene “April in Paris”! Orquesta de Count Basie (nacido tal día como hoy, del año 1984). No es lo mejor, pero viene al pelo y, además, fue uno de sus últimos “hits” internacionales.

Desde entonces “la Marsellesa” ha sonado en las “guillotinaciones”, cantada por el público, verdugo y futuros decapitados… (para no hacer un feo); en bodas, bautizos y funerales…En la barricada que Delacroix (nacido tal día como hoy, del año 1798) pintaría 39 años más tarde…o en París cuando (tal día como hoy, del 1936) ganó el Frente Popular… y hasta en el café de Rick.

Tal día como hoy, del año 2000, Andorra ganó su primer partido de fútbol. Le endosó dos a Bielorrusia, que no consiguió batir la meta pirenaica: ¡Allí también se cantaría “La Marsellesa”!  El segundo lo ganó contra Albania en el 2002.

Digo yo que si hubieran, los del Tour, pasado 400 años antes, se hubieran encontrado con Petrarca que, tal día como hoy, del año 1336, buscaba un camino fácil para encaramarse al “Ventoso” y dar comienzo a la “era del turismo de montaña”. Llegado que hubo a la cima, con la ropa desgarrada y las piernas en carne viva, extasióse con el paisaje provenzal “a vista de pájaro” y con los efluvios del espliego. Abrió, al azar (puso a dios por testigo) “Las Confesiones” de san Agustín y leyó para sí mismo y para su hermano:

“Y los hombres van a admirar la altura de las montañas, la enorme agitación del mar, la anchura de los ríos, la inmensidad del océano y el curso de los astros y se olvidan de sí mismos”. 

Detengo las divagaciones. Por inercia iba a por un gintónic, pero la “bullabesa” exige un trago corto. Así que busco y rebusco y encuentro un culín de “Becherovka”  de Karlovy Vary, formulada por Joseph Becher en los sótanos de su botica y vendida como remedio para todos los males estomacales. Amarga y dulce…¡Como todo lo bueno!...y ya que el sabor me conduce proustianamente a Bohemia…





Yo no reconozco ninguna dimensión mesiánica, ni alegórica en “El Proceso” (publicada tal día como hoy, del año 1924) de Kafka. De su ser judío han derivado muy fácilmente aquella dimensión. Tampoco lo he leído como un “proceso” que conduzca a la toma de conciencia social por parte de un despreocupado. No veo ni rastro del silencio de Dios o de su muerte definitiva. Tampoco, como Canetti, lo reduzco (estoy siendo reduccionista) todo (¿) a reflejo de sus tristes circunstancias personales (compromiso y ruptura de compromiso, “juicio”, con Felice). No es una crítica coyuntural al estado. Que, en efecto, tenga una relación textual con “Crimen y Castigo”, no dice mucho.
 
A la confusión ayuda el hecho de ser una obra incompleta (¡como “Turandot”!) y haberla dejado Kafka introducida en sobres según un orden (¿) indescifrable. Brod la ordenó como pudo y supo…

Primo Levi da en el clavo. Se trata de una novela realista. Su triple condición de desplazado, pero sobre todo su condición judía le llena de presentimientos que la historia convertirá en realidad. No es producto de la fantasía grotesca. Lo “kafkiano” no es una anomalía en la que nos vemos envueltos sin contemplaciones: es el normal funcionamiento del Estado. El Estado (aunque legal y constitucional) es una jerarquía autoritaria fundada en la ilusión y la mentira. Reifica lo que toca, como Midas inverso. Kafka ha captado la naturaleza alienante y opaca del estado “democrático” y de lo que es capaz. Hay una vena anarquizante en las obras de Kafka que se pone de manifiesto, precisamente, en ese rechazo del Estado (y sus burócratas == “funcionarios de la necesidad”, como los llamaba Hanna Arend).

Añadamos el miedo, del que se genera la culpa y sobre aquel miedo un miedo nuevo que se deriva de la culpa generada. De tal manera que todos estamos expuestos, por el hecho de vivir en el Estado, a un “proceso” de desgaste y a morir “como un perro”.





Hanna Arend: “En “el Proceso”, la subordinación no es obtenida por la fuerza, sino por el sentimiento creciente de culpabilidad que es invocado en el acusado K. por la acusación infundada y vacía (…¿superación del "consenso" gramsciano?) El desenvolvimiento interno del héroe y el funcionamiento de la máquina finalmente se reeencuntran en la última escena de la ejecución, cuando K. permite que se lo lleven y lo maten sin resistencia, e incluso sin contradicción”.

Sólo lamenta “morir como un perro”.


Proceso:

“Investigación formal destinada a probar y consignar por escrito el carácter intachable de jueces, abogados y jurados. Para conseguir esto, es necesario proveer un contraste en la persona de alguien a quien se llama defendido, prisionero o acusado. Si el contraste queda establecido con suficiente claridad, esa persona es sometida a un castigo suficiente para dar a los virtuosos caballeros el reconfortante sentimiento de su inmunidad, agregado al de su mérito. En nuestros días el acusado es generalmente un ser humano, o un socialista, pero en el Medioevo fueron procesados animales, peces, reptiles e insectos. Una bestia que hubiera causado la muerte de un hombre, o practicado la brujería, era debidamente arrestada y procesada, y se resultaba culpable, ejecutada por el verdugo público. Los insectos que devastaban sembrados, huertas o viñedos, eran citados ante un tribunal civil, para declarar por sí, o por medio de un abogado, y pronunciados el testimonio, el argumento y la condena, si seguían “in contumaciam”, se llevaba el caso a un alto tribunal eclesiástico, que los excomulgaba y anatemizaba. En una calle de Toledo se arrestó, juzgó y condenó a unos cerdos que perversamente pasaron corriendo entre las piernas del virrey, causándole gran sobresalto. En Nápoles se condenó a un asno a morir en la hoguera, aunque al parecer la sentencia no fue ejecutada. D’Addosio ha extraído de los anales judiciales numerosos procesos contra cerdos, toros, caballos, gallos, perros, cabras, etc., que según se cree, contribuyeron grandemente a mejorar la conducta y la moral de esos bichos. En 1451 se inició causa criminal contra las sanguijuelas que infestaban ciertos estanques de Berna, y el obispo de Lausana, aconsejado por la facultad de la Universidad de Heidelberg, ordenó que algunos de esos “gusanos acuáticos” comparecieran ante la magistratura local. Sí se hizo, y se intimó a las sanguijuelas, presentes y ausentes, que en plazo de tres días abandonaran los sitios que habían infestado, so pena de “incurrir en la maldición de Dios”. Los voluminosos expedientes de esta causa célebre no dicen si las inculpadas arrostraron ese castigo, o si se marcharon en el acto de esa inhóspita jurisdicción”

(Ambrose Bierce: “Diccionario del Diablo”)

Noche explosiva:


  •  Tras la explosión de Chernóbil, hoy hace YA 28 años, tuvimos la oportunidad de hacer valer “nuestra” leche de cabra y “nuestros” quesos extremeños. Todos los pastos de centro-europa y Escandinavia se contaminaron y prohibieron el consumo de leche patria.  Pero aquí se estaba con los rescoldos de la “movidita” madrileña y las llamas de la “ruta del bakalao”. Tampoco pudieron fabricar Becherovka del año. Ni vodka “Bison Gras”.


         Hay quien habla de la  venenosa belleza radioactiva de la zona. ¿Junger?




  •         “Guernica, villa de 5.000 habitantes, ha sido literalmente asolada. (...) Las bombas de 250 kilos derribaron buen número de casas y destruyeron las cañerías. Las bombas incendiarias tenían ahora tiempo para desplegar su eficacia. Las casas estaban construidas con cubiertas de teja, galerías de madera y entramado del mismo material, por lo que fueron completamente aniquiladas. (...) Aún se ven hoyos de bombas totalmente increíbles. (...) Así pues, un completo éxito técnico de nuestras bombas de 250 y de las EC.B.1.



Estas palabras salidas de la pútrida boca de Von Richthofen, jefe del estado mayor de la Legión Cóndor, bastan y sobran.  Era el 26 de abril del año 1937. Guernika quedó destruida en sus dos terceras partes y murieron alrededor de 500 personas. La masacre de la carretera de Málaga a Almería fue mucho más siniestra y mortífera (4.500 personas en fosas comunes). ¡Guernika! ha quedado, sin embargo, como símbolo antibelicista. No fue ni la primera ni la última sobre población civil; ni la primera ni la última en la que participó la Legión Cóndor….¡Volveremos sobre el tema!

¿Por qué Picasso no tituló su obra: “Málaga”…siendo, como era, malagueño?


Queda bullabesa para todo el batallón de voluntarios marselleses.

…………………Bona nit…………………….

Si las explosiones (de cólera) les impide conciliar el sueño, ojeen (u hojeen) ’El Proceso’, dibujado por David Zane Mairowitz y Chantal Montellier. O bien vean por “n-sima” vez “El Proceso” de Orson Welles. La música, “Adagio” de Albinoni, fue construida a partir, dicen, de unos compases encontrados en la Biblioteca de Dresde tras los bombardeos de la 2ª Gran Guerra.  Lo mejor fundamentado es que su autor fue el musicólogo italiano Remo Giazoto. Fue editada por primera vez el año 1958. A una obra desarticulada e incompleta, una música “desarticulada” e “incompleta”.














RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...